Talavante, De Justo y Caballero, a hombros en la festiva y triunfal plaza de Melilla
La terna corta dos orejas por coleta a una variada corrida de La Palmosilla y Álvaro Núñez
Un corte de coleta de padre a hijo: el sueño de Manuel Díaz 'El Cordobés en su despedida de los ruedos en Jaén
Alicia P. Velarde
La preciosa plaza de Melilla, bautizada por Gregorio Corrochano como la «Mezquita del toreo», y que actualmente es la única plaza en activo dentro del continente africano, ha vivido una triunfal corrida, en la que los tres toreros han salido por la puerta ... grande. Los dos toros más enclasados, aunque justos de fuerza, fueron para Talavante; el peor lote y más vacío de contenido le cayó en desgracia a Emilio de Justo; mientras que los dos toros con más posibilidades de lucimiento en la muleta fueron a la manos de Caballero.
Abrió la tarde Solitario, de La Palmosilla. Poquita fuerza se le vio en el recibo capotero de Talavante. En varas se le picó poquito, aunque el toro se enceló en el peto. Quitó el extremeño por templadísimas chicuelinas, perdiendo el toro las manos en el remate. Tras dos pares muy buenos de Miguel Murillo, bridó el torero a los presentes, y comenzó con un muy buen inicio de faena rodillas en tierra que, a pesar de un desafortunado desarme, prosiguió templando siempre la enclasada embestida del animal que, lo que le faltaba de fuerza, lo tenía de bravura. Después de una templada arrucina, abrochó este inicio de faena con un despacioso y elegante cambio de mano, que puso al público en pie. Con las complicaciones de la bravura, Alejandro se encontró en la disyuntiva de torearle dándole distancia y perdiendo pasos, que es lo que pedía el toro, o ligar los muletazos, aguantando alguna que otra brusquedad y punteo en la muleta, pero ganando emotividad, que, a la postre, es lo que eligió. Destacó una templada tanda de naturales, rematados con un pase de pecho mirando al tendido, marca de la casa. La obra fue rubricada de un tremendo espadazo en todo lo alto. Dos orejas.
Muy poquita fuerza mostró el cuarto de salida, sacándoselo Talavante con el capote a los medios. Manseó en varas, y permitió un buen primer par de Fini, aunque cortó en el último, porque ya le costaba ir para adelante. Con la muleta, esas tentaciones huidizas y mansurronas del animal se vieron bien dirigidas por una muleta suave y siempre templada de Talavante. Destacaron un cambio de mano al ralentí, los naturales y una muy reunida tanda con la diestra. El toro fue visiblemente a menos e hizo bien Alejandro en no alargar un trasteo que no podía trasmitir una emoción, que la falta de fuerzas del toro impedía. Las manoletinas finales levantaron los últimos aplausos; pero los dos pinchazos previos a la media tendida con la que acabó con el toro, le privaron de un trofeo más en su esportón.
A Morante le llaman gordo y Talavante se lleva el premio grande
Rosario PérezEl sevillano cortó en seco su torera faena al marrajo cuarto cuando una voz le increpó desde el tendido en una tarde en la que el extremeño se mostró fresco y feliz con el mejor lote de Juan Pedro hasta lograr una exagerada salida a hombros
Tardó mucho Talismán en salir de los chiqueros. Con poca clase y sin terminar de meter la cara embistió en el capote de Emilio de Justo, que intentó torearlo mediante verónicas a pies juntos. En el caballo empujó, aunque perdió las manos antes de entrar en el peto, lo que pudo provocar que el puyazo quedara trasero y caído. Quitó Emilio por chicuelinas, mostrándose tardo el animal, como hizo también en banderillas. Con un toro remiso a embestir y soso, De Justo basó su faena en un toreo templado de excelentes muletazos aislados, por no poder ligar tandas completas. Algunos naturales fueron excelsos, pero la transmisión a los tendidos era complicada. El toro nunca humilló y su recorrido cada vez se redujo más. Buscando llegar al público, ejecutó unas manoletinas finales, que abrochó con uno de sus personalísimos pases de pecho. Lo mejor fue la ejecución y colocación de la estocada, que cayó por todo el hoyo de las agujas. A sus manos fue a parar una merecida oreja.
Billetero fue el toro más feo y el peor de la corrida, extremadamente soso. Tras dos primeros tercios de mero trámite, donde evidenció su justeza de fuerzas, la muleta de Emilio dibujó algún natural excelente y preciosos pases de pecho; pero la ligazón y unidad en la faena era imposibles, porque el toro carecía de argumentos para ello. Hizo bien en no alargar el trasteo e irse por la espada para dejar un espadazo en lo alto ligeramente perpendicular, causa de la tardanza en doblar del astado. En recuerdo del esfuerzo del torero y su entrega, le concedieron la oreja que le abría la puerta grande.
El primero de Álvaro Núñez, un toro de bonitas hechuras, intentó saltar nada más salir, rompiendo las tablas de un burladero. En varas manseó todo lo que pudo: iba de caballo en caballo cuando sentía la puya, mientras intentaba atender a todo, y quedó muy crudo. Pese a que Curro Robles intentaba lidiarlo bien, el animal era muy complicado por su falta de fijeza y sus arreones. Los estatuarios con los que Gonzalo Caballero comenzó el trasteo no parecían el inicio más adecuado para un toro de esas características, pero Currito decidió volver al engaño todas las veces que se lo ofreció, y ponerse a embestir como un toro bravo, sin serlo. Esta excelente versión que ofreció el de Álvaro Núñez para una faena ligada necesitaba de un toreo poderoso, que indicara quién mandaba en el ruedo. Caballero acompañó las embestidas y evitó la ligazón. Lo mejor, los pases de pecho con los que cerraba las tandas, en algunas de las cuales se llevó algún susto. El vaciar la embestida en la estocada con la mazo izquierda sigue siendo el gran problema de este torero, que se libró por milagro de un grave percance. El mal uso del estoque hizo pasar un quinario a torero y toro.
Feria de la Virgen de la Victoria
- Plaza de toros de Melilla. Miércoles, 6 de septiembre de 2023. Entrada: 3/4. Toros de La Palmosilla (1º, 2º y 6º) y Álvaro Núñez (3º, 4º y 5º).
- Alejandro Talavante, de rosa palo y oro. Estoconazo (dos orejas). Dos pinchazos y más de media tendida (palmas).
- Emilio de Justo, de rioja y azabache. Estoconazo (oreja). Estocada arriba un poco perpendicular (oreja con petición).
- Gonzalo Caballero, de ceniza y oro. Dos pinchazos, estocada muy baja enhebrada y dos pinchazos (silencio). Estocada arriba atravesada (dos orejas).
Cerró el festejo Tuercemanos. Al salir el toro descompuesto del caballo, el subalterno David Jiménez tuvo la mala suerte de pisar mal y torcerse, posiblemente, el tobillo izquierdo, cayendo en la cara del toro, que, por fortuna, no hizo por él; pero se lo llevaron a la enfermería con evidentes gestos de dolor. Bonito fue el inicio de faena de Caballero con el que engatusó al toro, que pasó a tener un comportamiento muy colaborador para el torero. Larga faena de tandas ligadas por las dos manos, con el toro embistiendo con franqueza, fijeza y repetición. Esta vez lo entendió a la perfección el madrileño, llegando a los tendidos. Lo mató de una estocada arriba atravesada, causa de la tardanza en echarse del toro, pero el público quería que la terna saliera en hombros, y le pidió con fuerzas las dos orejas, que el usía concedió.
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