Manuel Escribano hace historia al indultar a un gran Miura en Utrera

Manuel Escribano , que reaparecía en Utrera tras la cornada de Madrid, no tuvo suerte con el toro de su vuelta pero se desquitó en el quinto, un toro de bandera. Lo vio pronto el de Gerena que se lució con el capote y lo dejó ver mucho en varas donde recibió dos puyazos. La anécdota llegó cuando arrancó la publicidad del burladero ante el asombro y alboroto del público que se puso en pie con las banderillas.

Estaba dispuesto Manuel que brindó a los tendidos para comenzar con el pase cambiado por la espalda. La faena fue emocionante , de temple y largura al natural, y con cadencia en redondo. Se lidió con fuerza el indulto mientras Escribano seguía toreando. Otra cosa fue lo que tardó el toro en entrar a los chiqueros, ni con cabestros ni banderilleros, hasta con una cuerda y empujándolo: 45 minutos.

A su primero lo recibió con una larga de rodillas en el tercio y estuvo dispuesto con los palos con un tercer par al violín. El brindis fue para su cuadrilla pero el toro fue muy complicado, se quedaba corto y midiendo siempre. Escribano estuvo por encima de las condiciones de «Mazorquito» que a punto estuvo de echarle mano.

Octavio Chacón , que se mostró como gran lidiador de toros complicados, abrió la puerta grande con una oreja en cada toro. Brindó el primero a Escribano al que logró meter en la muleta y tragarle a pesar de que se revolvía pronto. Lo intentó al natural con ayudados, por donde se quedaba más corto y le costaba más humillar pero estuvo muy firme y cortó la oreja.

El cuarto, «Taponero», fue un precioso sardo con 658 kilos, el de más peso de la corrida. El de Prado del Rey lo lidió con temple y, siguiendo el tono del encierro, se empleó en el caballo ya que hay que destacar la buena actuación de los picadores toda la tarde. Tras el brindis al público sonó la música pronto casi al mismo tiempo que el toro echó el freno. La labor de Chacón fue larga y de mucha disposición así que logró el trofeo para salir a hombros.

Pepe Moral tuvo una buena actuación con el capote y desafortunada en el resto. El de Los Palacios se templó con gusto a la verónica en el recibo de «Alcaparrito» al que llevó por galleando la caballo y dejó un quite por chicuelinas. Brindó su faena a Luis Vilches pero sólo tuvo una primera serie ya que empezó a quedarse cada vez más corto y sin recorrido. La serie final con la zurda fue la mejor de su labor con el remate mirando al tendido. Se atascó con los aceros y acabó silenciado.

En el que cerró plaza «Aldeano», y tras el largo paréntesis, volvió a templarse con el capote pero no llegó a centrarse ni confiarse con la embestida gazapona y a media altura que fue a más ante la falta de mando. Y además volvió a fallar con la espada. No pudo sumarse al triunfo de una tarde para el recuerdo en la que destacaron los picadores y salieron a hombros Escribano y Chacón .