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Morante de la Puebla deja de torear «hasta que su salud lo permita»
Los médicos le han recomendado parar la temporada «por un cuadro depresivo» y su apoderado ya ha comunicado a los empresarios que no volverá a torear «hasta que su salud lo permita»
Morante de la Puebla: «Desde que acabó la temporada hasta que llegué a Sevilla sufrí mucho con mi cabeza»
La única entrevista de Morante en 2024
Sevilla
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Iniciar sesión«El toreo es una buena medicina, pero no cura». La cita corresponde a una entrevista concedida por Morante de la Puebla a ABC tras cortar el histórico rabo de la Maestranza, oportunamente rescatada tras anunciar este viernes que interrumpe su temporada de ... manera indefinida. No toreará más, «hasta que su salud lo permita». Así lo ha querido informar a este periódico el apoderado del torero y persona de máxima confianza, Pedro Jorge Marques. Morante de la Puebla padece «un cuadro depresivo» contra el que lleva «luchando» desde hace unos meses. El torero de La Puebla del Río lidia desde la pasada temporada su faena más delicada, agravada después de haber materializado el sueño de su vida: cortar un rabo en la Maestranza.
El mayor éxito de su carrera artística no consiguió aliviar su padecimiento personal, interrumpiendo constantemente su temporada 2023 «por un problema en la muñeca». Sólo él debía reconocer el trasfondo del asunto, por primera vez hecho público este viernes cuando Pedro Jorge Marques ha llamado a ABC para informar que no firmarán más contratos en lo que resta de temporada y cancelarán sine die su regreso a una plaza de toros. «Si mejora su salud, toreará alguno de los compromisos que ya están anunciados». El primero de estos era este sábado, cuando está anunciado en la reapertura de la plaza de toros de Marbella tras ocho años cerrada por una decisión política.
Durante este duro año sólo ha concedido una entrevista, publicada por ABC el pasado mes de enero, cuando reconoció su deseo de haber tenido un discreto arranque de temporada, aunque los empresarios de las principales ferias le trasladaron la necesidad de contar con él: «Lo hacen con mucho respeto. Me dicen que no puedo faltar, que para ellos es muy interesante, muy importante... Total, que con tantos elogios uno acaba tragando. Aunque soy torero y mi obligación es decir que sí cuando me llaman para torear».
En aquella entrevista del pasado mes de enero se mostró desenvuelto, relajado y feliz. Los últimos meses de reposo habían animado a la persona, aunque aún faltaba por descubrir cómo volvería el torero a la plaza. Se involucró en la organización de los encierros de San Sebastián en La Puebla del Río, compromiso que volvió a desgastar su estado ánimo. Ha pasado el invierno tratando de recuperarse, con la distracción de su nueva 'ganadería' –una pequeña punta de vacas– adquirida a los hermanos Lozano. Con las vacas de Alcurrucén ahora quería probar un cruce con un semental de Román Sorando, ganadería predilecta de su temporada.
Las alarmas volvieron a saltar cuando el pasado 9 de febrero recibió el primer premio taurino de la Junta de Andalucía, acto al que acudió junto a Curro Romero, también premiado por el gobierno autonómico de Juanma Moreno. Su preocupante rostro y sus continuas ausencias en futuros actos dieron paso a elucubraciones y dudas en torno a su temporada. La finca Malvaloca, en el término municipal de Utrera aunque próxima a El Palmar de Troya, se ha convertido en su principal refugio durante estos meses de intimidad, menos habitual en su concurrida Huerta de San Antonio y en su siempre querida Puebla del Río. Morante de la Puebla es el último gran genio del siglo XXI y el que posiblemente haya sido el torero más completo de la historia de la tauromaquia. Según insiste siempre en sus conversaciones, «el toreo es un ejercicio espiritual». Y en estos momentos necesita volver a domeñar su cuerpo para recuperar la espiritualidad torera.
Aunque pocas veces habla de su salud mental, dos días después de cortar el rabo en la Maestranza concedió una entrevista a ABC en la que reconoció que ya en aquel inicio de la temporada 2023 «sufrí mucho con mi cabeza». «No he dejado de sufrir y es difícil de explicar». Preguntado por este periódico sobre si es el toreo la mejor medicina contra una enfermedad, respondía Morante que «una buena medicina sí que es, sin ninguna duda, porque mejora. Pero no cura. Uno siempre espera estar contento, estar bien e ilusionado. Y eso es lo que más temo antes de que lleguen las grandes ferias. Espero tener suerte y que no me maltrate tanto desde arriba en las próximas corridas».
–Dicen que para torear bien hay que haber pasado fatigas en la vida.
–Eso decía Paula, que le gustaba torear con fatiga. Es verdad que uno utiliza la faena en la que se entrega a un toro como si fuera una terapia y no dejarte nada dentro. Eso es torear con fatiga.
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