feria de abril 2015
Manzanares se echa la tarde a la espalda y corta dos orejas
El de Alicante hace lo más destacado en la alternativa de Lama de Góngora ante una corrida descastada de Victoriano del Río
Manzanares se echa la tarde a la espalda y corta dos orejas
Ha sido José María Manzanares el que más ha querido del festejo de este sábado de la Feria de Abril de Sevilla. Su insistencia en sus dos toros ha tenido como recompensa una oreja en cada uno de ellos -la del primero premio excesivo- ... e incluso la petición de una tercera.
Porque lo demás se ha quedado en detalles por mor de la corrida, descastada y mansa, de Victoriano del Río-Toros de Cortés: animoso en su alternativa Lama de Góngora y académico pero sin relieve Enrique Ponce. Ah, y lleno de «no hay billetes», algo que es de agradecer.
A las 18,46 minutos le concedía el diestro valenciano la alternativa al joven sevillano, vestido como mandan los cánones de blanco y oro. Largo parlamento de Ponce. Lama se había mostrado aseado con el capote e incluso replicó a su padrino en un quitepor chicuelinas.
Brindis a su madre y trasteo de más a menos. El toro no terminaba de humillar aunque pasaba. Se tragó dos series diestras en las que dejó muletazos lentos que hicieron sonar la música. Pero el de Victoriano comenzó a pararse de manera radical cuando intentó el toreo al natural, viniéndose abajo del todo. Mal con la espada.
El sexto permitió que Lama se estirase con el capote. Nada más. Poque aunque resultó medio manejable en el tercio final, sus intentos por llevarlo de largo no tuvieron respuesta en el animal, que se fue desdibujando. Al final optó por el toreo de cercanías con el astado en tablas. De nuevo la espada le jugó una mala pasada.
Enrique Ponce solventó la papeleta de sus dos toros, que no se emplearon nunca, con la solvencia acostumbrada. Un tío era el primero que no humilló y sí cabeceó mucho. Sin bajarle la mano, el valenciano construyó un trasteo largo, demasiado, en el que casi no pasó nada.
Prácticamente calcada fue la faena a su segundo, un astado que recortó de salida. Pasaba el toro pero no transmitía nada. Ponce, de nuevo a media altura, dejó multitud de pases. Serie tras series, allí no pasaba nada. Se aburrieron ambos.
Manzanares estuvo bien a la verónica ante su priemro. Midió al astado en el caballo, un toro gazapón en banderillas y sin las embestidas claras. Cara arriba y con querencia a tablas. Lo sobó el alicantino, poco a poco, para ir «robándole» muletazos por ambos pitones en distintos terrenos. Lo puso todo el torero, que obtuvo el beneplácito del público de sol en la última parte de la faena, donde se acobardó por completo el animal. Estoconazo en tablas y oreja, aunque demasiado benévola.
Sí fue justa la cortada al quinto, al que banderillearon de lujo Curro Javier -para el que sonó la música- y Luis Blázquez. Otro toro manso pero embistiendo aunque de manera brusca. Primeras series vibrantes si bien aceleradas y algo despegado, para ir haciéndose con su enemigo. Éste se fue a chiqueros y allí Josemari le plantó batalla en series con muletazos de uno en uno, siempre queriendo, ofreciendo el engaño, no dejándolo que se desentendiese.
El arrimón final en tablas, casi sin espacio para que el toro pasara, encendió los ánimos, que estallaron cuando enterró de forma contundente el acero. Merecida oreja y muy bien la presidenta, Anabel Moreno, no atendiendo la petición de la segunda oreja.
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