¿Deben las figuras hacer algún tipo de gesta la próxima Feria de Abril de Sevilla?

Hablaba del cierto «conformismo» que impera en estos momentos en la Fiesta, algo que le perjudica, máxime en unos tiempos en los que hay que cuidar no sólo al aficionado que acude a la plaza sino, sobre todo, a los potenciales y futuros, integrados mayoritariamente por los jóvenes.

Gestas y gestos que deberían servir para revitalizar la Fiesta. Por ejemplo, manos a manos de verdad, con competencia entre dos toreros que tengan algo que decir, avanzar, profundizar y, por encima de todo, rivalizar. No entiende esta figura, por ende, que un mano a mano se celebre entre un rejoneador y un torero de a pie, como hemos contemplado en más de una ocasión en la pasada temporada. «El caballo corre y el torero tiene que quedarse quieto y encima pegarle diez o quince muletazos perfectos», argumentaba enrabietado.

Y en mitad de esta extraordinaria conversación surgió el tema de Sevilla, el nuevo panorama que se abre con vistas a la próxima Feria de Abril. Es verdad que estará presente José María Manzanares, ya confirmado; y que Morante está en camino de ser otro de ellos. Las conversaciones con el entorno de El Juli siguen adelante —aunque no haya nada rematado— y Talavante también estará. Otra cosa es Miguel Ángel Perera, como ya comentamos hace ahora dos semanas.

La pregunta es la siguiente: a tenor de la casi segura presencia de la mayoría de los exmiembros del G-5 y con ellos los «pelillos a la mar» entre éstos y la empresa Pagés, ¿no sería bueno para la Feria y, por tanto, para la Fiesta que alguna de estas figuras diese el paso adelante y buscase en Sevilla —sí, en Sevilla— alguna gesta y, consecuentemente un gesto para congraciarse con la afición?

Y ahí va un ejemplo, con permiso de empresa, profesionales e incluso aficionados. El Juli estuvo anunciado hace dos temporadas con los toros de Miura y no pudo llevar a cabo la gesta al ser corneado días antes por un toro de Victoriano del Río. El pasado año no acudió por todo lo que ya sabemos. Pero si en 2015 vuelve, no estaría de más que dejase concluida dicha gesta apuntándose a la de Miura. Y abundo: ¿qué tal una terna con el ya seguro Eduardo Dávila y con Manuel Escribano, que le sustituyó aquella tarde y a raíz de la misma despegó?

E incluso una segunda opción: Juli y Escribano (anunciado y sustituto hace dos años en la miurada) mano a mano con la de Victorino Martín… o también una tercera figura en dicho cartel.

¿No buscan el bien de la Fiesta? Pues es el momento de hacer este tipo de gestas (y gestos) para que la ultrajada y santa afición de Sevilla sea resarcida de los despropósitos que azotaron la temporada de 2014 en el coso más maravilloso del mundo. Con los debidos respetos para todos.