«Roca Rey tuvo mucha suerte, tenía el ciático pelado y podríamos estar hablando de algo peor»
El torero peruano se ha sometido a una resonancia magnética que ha confirmado un esguince cervical, pero que ha descartado lesiones graves en el cuello
Así fue la cornada de Roca Rey
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónDefinitivamente, los toreros son de otro planeta. Mientras muchos se levantaban este lunes con el cuerpo desmadejado por la tensión vivida en Las Ventas, Andrés Roca Rey, con las carnes abiertas, estaba animado, recibiendo visitas y sin quejarse, pese a los lógicos dolores por ... la grave cornada. Dos trayectorias traía, una de 15 centímetros que contusionaba el ciático y otra de la misma extensión que afectaba al glúteo mayor. «Una zona muy dolorosa», según los médicos. Y no solo eso: la paliza fue terrible, con el Soplón de Fuente Ymbro zarandeándolo de un lado a otro mientras lo llevaba prendido de la hombrera. Un horror del que salió vivo. Un milagro en una tarde en la que se sucedieron los mantos divinos con una serísima corrida, de esas que piden el carné.
Y aun así, con la herida desnuda, Roca Rey quería abandonar la enfermería y dar cuenta del toro que le quedaba dentro, una prenda. «Su intención era siempre salir y torear, pero tuvieron que ponerle sedación total. La verdad es que tuvo mucha suerte, le contusionó el ciático; si llega a afectarlo más, estaríamos hablando de algo peor, pues hay gente que se queda coja», explica su director de comunicación, Joserra Lozano. Da fe de la pasta roquista el cirujano de Las Ventas, don Máximo García-Padrós: «Ya sabemos cómo son los toreros, pero torear era una barbaridad, tenía el ciático pelado y la herida era grave, de dos trayectorias. Una cornada así te deja acalambrado, como paralizado». Y exclama: «¡La cogida fue de miedo! Un espanto».
Desde el callejón, en primera línea, la presenciaron su 'community manager' y Fernando, el hermano del matador. «Me asusté muchísimo». Como toda la plaza, dividida en dos bandos mientras la máxima figura emprendía el camino hacia la enfermería con una oreja. Entró como desnortado. «No sabía ni dónde estaba». El volteretón había sido terrible, aunque continuó en la arena hasta dar matarile a Soplón sin ningún gesto de dolor, aunque sí con una ostensible cojera cuando se dirigía por su propio pie hacia el hule. Por la durísima caída, sufría molestias en el cuello –con un esguince cervical– y fue sometido a una resonancia magnética, que descartó lesiones. «Está todo bien, con antibióticos y sin fiebre», dice el doctor. Respecto a los planes del peruano de viajar esta semana a Lima, le advirtió de que «no era conveniente y será muy desagradable aguantar así tantas horas de avión».
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete