toros
Premio Taurino de ABC: contracultura contemporánea
El Juli recibe el galardón por su «magnífica temporada 2022 y su entrega absoluta a la tauromaquia» ante el mundo del toro, la cultura y la política
En imágenes, la XIV edición del Premio Taurino de ABC
Luis Ybarra
Madrid
Los toreros están desnudos vestidos de chaqueta, sin trajes de luces. Así parecen mucho más vulnerables que cuando desafiantes pisan la arena del ruedo para terminar manchados de cadmio y gloria. No miran por el rabillo del ojo ni tienen ese porte desajustadamente erguido ... con el que se entregan de manera habitual a la res, porque detrás lo único que tienen ahora es un camarero con una bandeja de queso. Nada de bestias ni pitones. El Juli es un héroe disfrazado sin muleta ni espada. Julio Aparicio, Eduardo Dávila Miura, El Capea, El Fundi, Cristina Sánchez y Uceda Leal, que también andan por aquí, igual.
Torero se es hasta la muerte, incluso después de la retirada, siendo así una profesión con carácter vitalicio, como los recuerdos. Y si un torero de calle es un conquistador en su día libre, varios reunidos terminan por componer un carnaval de la normalidad. Todos vienen desde puntos diferentes, pero por un mismo motivo: el diestro madrileño ha merecido el XIV Premio Taurino de ABC, patrocinado por la Comunidad de Madrid con la colaboración de Vinos de Madrid, Señorío de Montanera y Vermú Torero.
Esta casa, por tanto, se convierte no en un coso, sino en un tendido efímero en el que festejar y comentar faenas. A portagayola reciben los invitados al Juli en el hall. Ganaderos, políticos, periodistas, aficionados, compañeros… Qué forma de abrazarse por estos lares, con valiente fruición y espaldarazo sonoro. Qué calor, también: todo el que le ha faltado a la Feria de San Isidro.
El premiado cruza la puerta de entrada y enfila directo hacia una persona de edad avanzada. El respeto, pienso, de abajo hacia arriba que rezuma esta cultura. La tradición, los mayores, ese mirar atrás para no desvirtuarse nunca de la raíz… Este hombre quién es, pregunto, así interpelando con el codo, por lo bajini. «Cómo que quién es», responde otro a mi lado, más alto de lo que me hubiese gustado. «El que le ha salvado la vida a más toreros. Una vez cogieron a Juli en Sevilla y se fue hasta Zaragoza para que lo tratara exclusivamente él: ¡el doctor Val-Carreres! ¡Don Carlos Val-Carreres!». Paciente y brujo de la cirugía se funden entonces en un abrazo cómplice. Uno le ha cosido el cuerpo al otro y eso al final es lo que más une. Las heridas no, sus costuras.
Defensa sin complejos
Las visualizaciones de las noticias relacionadas con el mundo del toro y el seguimiento de las retransmisiones, así como la intensa actividad en redes sociales como previa y colofón de cada corrida, evidencian que hay mucho taurino en el burladero. Que mira las faenas como los diestros a los toros al terminar unos pases de pecho: de soslayo, pero sin perderle ojo. La Fiesta Nacional es uno de los bastiones de la imagen de España más allá de su frontera. Agota las localidades de grandes aforos a lo largo de un sinfín de tardes y atrae a los más jóvenes a espacios como Las Ventas, donde el ocio se abraza a la cultura. «Apoyar la fiesta sin complejos, ese es el reto de muchos medios de comunicación que todavía no lo hacen», exige la periodista Elena Sánchez, encargada de conducir el acto.
[Antetítulo]
«El toreo me ha dado mucho más de lo que soñé. Este premio es uno de esos que todos quieren en su vitrina»
El Juli
torero
Ignacio Ybarra, presidente de Vocento, ofrece una suerte de réplica: «Quien repase nuestra hemeroteca no tendrá que esforzarse mucho para encontrar centenares de portadas, crónicas, reportajes y entrevistas que colman ABC de esa esencia cultural taurina después de 120 años de historia. El Juli aparece como protagonista en muchas de ellas desde hace ya un cuarto de siglo. El 18 de septiembre se celebra el veinticinco aniversario desde que tomó la alternativa. Y sus números son excepcionales: más de 1.700 corridas, 2.700 orejas y numerosísimas puertas grandes». Javier Fernández-Lasquetty, consejero de Economía, Hacienda y Empleo de la Comunidad de Madrid en funciones, por su parte, aclara que este es «un arte que crea empleo, tiene un valor incalculable y cuya reivindicación es en sí un ejercicio de libertad».
Polémicas fuera de la plaza
Los asistentes se fueron sucediendo entre brindis, anécdotas y apuestas al porvenir, que aún nada está escrito, ni siquiera para el protagonista de la jornada, con tardes al frente para seguir desvelando su leyenda. El abogado Joaquín Moeckel le tira de la lengua al padre del Juli, del mismo nombre, aunque sin diminutivo: Julián a secas, marido de Manuela, madre y presente. Este, sin embargo, sale airoso del envite: «Yo estoy ya retirado de mis funciones… hasta de padre», así que no opina. Unos aficionados comparten su incredulidad ante el hecho de que aún su cultura no haya sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Otros cuestionan la figura de la presidencia en algunas plazas: «¿Quién controla al presidente?», dice uno cerca de Roberto Domínguez, apoderado de Roca Rey, que asiente.
«Quien repase nuestra hemeroteca no tendrá que esforzarse mucho para encontrar centenares de portadas, crónicas, reportajes y entrevistas que colman ABC de esa esencia cultural taurina después de 120 años de historia»
Ignacio Ybarra
Presidente de Vocento
De nuevo Moeckel, con aires de prestidigitador, se lleva la mano al bolsillo para mostrar el móvil: «Mirad, la gente habla de oídas, pero aquí tengo el reglamento. Artículo 33.7. Decreto 145/1996. No dice nada de pañuelos para pedir orejas. Dice lo siguiente: 'Los espectadores, mediante su exteriorización tradicional, podrán instar a la concesión de trofeos a que se hubieran hecho acreedores los espadas al finalizar su actuación'. ¡Exteriorización tradicional, no pañuelos! ¡Que todo es más ambiguo! ¿Quién tiene ya pañuelos? ¿Yo y quién más? ¿Tú, antiguo?». A lo que muchos en ese mismo corrillo añaden el descontento generalizado con algunas de las últimas decisiones tomadas en Las Ventas: «No hay derecho a ir en contra de todo el público. Es que eso no se puede hacer. A Roca Rey no le hundes por quitarle una oreja que se merecía, pero a lo mejor a uno que está empezando o que quiere reivindicarse, sí».
El queso se vacía de las bandejas, que comentario a comentario van llenándose a su vez de muy variadas polémicas. Azules, amarillas, viejas y payoyas. Qué importa. Si la disputa mantiene intacta la atención, al toreo le auguro vida eterna y alerta. Coexisten gustos y estéticas dispares. Los motores andan a menudo calientes y basta un grito para incendiar las andanadas. «Sí, sí, pero que dejen de incendiar los del 7, a ver si vamos a salir todos ardiendo», solicita quien bien cerquita está de perder los papeles: «Ponlo ahí, que ya no los aguanto».
Al empresario Carlos Zuñiga le preguntan por la posibilidad de que vuelvan los toros a Gijón con el cambio de gobierno. A Esperanza Aguirre, por ese artículo publicado en las páginas de ABC en el que daba un toque de atención a la afición, clamando espíritu crítico, pero respeto en el ruedo, por favor. Los elogios, además del Juli, se los lleva el ganadero José Escolar, a quien felicitan por haber criado al mejor astado de la feria, Cartelero. Sancho Dávila, Juan Pedro Domecq, Iñigo Sánchez Urbina... Si el campo quisiera reclamarnos algo buscaría por estos pasillos a su interlocutor, pues quienes desde hace décadas se encargan de la noble tarea de la nacencia de los bravos tienen dehesas en los ojos cuando andan entre edificios. Las manos, la lengua, los codos... Hasta el campo todo es toro en su filosofía vital.
«Un arte que crea empleo, tiene un valor incalculable y cuya reivindicación es en sí un ejercicio de libertad»
Javier Fernández-Lasquetty
consejero de Economía, Hacienda y Empleo de la Comunidad de Madrid en funciones
Entre el murmullo y el humo de los puros, un tipo que se ha jugado en más de un millar de ocasiones la vida y que al primero al que abraza es al cirujano que se la salvó atiende a propios y extraños. Fotografías, maestro aquí, maestro allá, acuérdate de aquel día y también este otro, qué bien estuviste… Un jurado presidido por el teniente de Hermano Mayor de la Real Maestranza de Sevilla, Santiago de León y Domecq, y compuesto por Juan Antonio Ruiz 'Espartaco', Victorino Martín, Pilar Vega de Anzo, Joaquín Moeckel, François Zumbielh, José María Álvarez del Manzano y Rosario Pérez, actuando de secretario Ángel González Abad, ha reconocido «su magnífica temporada de 2022».
Ser leyenda a los cuarenta requiere de aplomo. Y hasta ahí ha encontrado suerte el madrileño, porque eso le sobra: «Estoy abrumado por la presencia de tanta gente a la que admiro. Después de más de veinte años de profesión, el toreo me ha dado mucho más de lo que soñé. Este premio es uno de esos que todos quieren en su vitrina. He tenido esa fortuna y quiero agradecérselo a los que me han acompañado en esta carrera tan difícil: cuadrilla, familia, doctores, ganaderos, amigos... Si he podido emocionar a algún aficionado buscando esa profundidad de la que sigo enamorado, habré logrado algo». Julián Quirós, director de ABC, le hace entrega del galardón. El Juli agradece, pero sigue una fórmula 'currista': despedirse con el mismo semblante los días de éxito y de fracaso. Es el gesto del torero, que sin traje de luces lo que tantea son las mesas, pero sin variar el paso ni la mirada.
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