Copa Chenel
La izquierda de Víctor Hernández abre de par en par la puerta grande
El sentimiento de Rubén Sanz y la firmeza de Manuel Diosleguarde brillaron también en Torres de la Alameda
Triunfo de Rafael de Julia en la primera corrida de la Copa Chenel
Puerta grande de Víctor Hernández
El madrileño Víctor Hernández no dejó pasar la mínima oportunidad y se fue a hombros tras cuajar una tarde de mucha verdad y un caro toreo con la mano izquierda ante el último toro de la tarde. Si valor había derrochado con su primero, ... los naturales que brindó en el otro ponen en valor a un torero muy joven, que tomó la alternativa el pasado mes de septiembre y que tiene ante sí la confirmación en la próxima Feria de San Isidro.
El tercero se quedó corto desde el principio y la cosa fue a más en el último tercio, lo que no desesperó a Víctor, que anduvo con firmeza y valor, con los pitones siempre muy cerca. Se le notaron las ansias en el comienzo de faena, que se tornó en asentamiento conforme avanzaba el trasteo, culminado de un estoconazo, que ya de por sí valía la oreja que le pidieron con fuerza. Se movió con genio el que cerró plaza, de Lora Sangrán, con el que el madrileño no se arredró. Buenos los naturales, con ligazón, largura y temple. Le cogió perfectamente la distancia, y de la colocación surgieron series siempre a más. Un pinchazo le privó de un doble trofeo. Con todo, otra oreja al esportón, que le abrió de par en par la puerta grande.
Rubén Sanz, veterano diestro soriano con una alternativa de 2009, no deja indiferente en su búsqueda de un toreo con personalidad. Otra cosa son las aptitudes técnicas de un torero que imprime sentimiento a todo lo que hace ante el toro, un sentimiento por encima del oficio, esa es la verdad, pero que destila ilusiones imperecederas. Hubo desmayo en algunos pasajes ante el buen primer toro de Lora Sangrán. Erguida la planta y ritmo suave en el trazo, dejó momentos que deleitaron a la concurrencia en ese primero y apuntó con el cuarto de Guadajira, ante el que se amontonó un tanto. La espada le permitió pasear feliz un trofeo.
Copa Chenel
- Plaza de toros de Torres de la Alameda (Madrid). Eliminatoria de la Copa Chenel. Toros de Lora Sangrán, primero, quinto y sexto; Guadajira, tercero y cuarto; y Concha y Sierra, segundo, como sobrero. Desiguales dentro de la seriedad.
- Rubén Sanz, de nazareno y oro. Tres pinchazos (ovación. En el cuarto, estocada (oreja).
- Mnauel Diosleguarde, de verde y oro. Dos pinchazos, estocada que asoma y varios descabellos. Aviso (silencio). En el quinto, media estocada y un sinfín de descabellos. Dos avisos (ovación).
- Víctor Hernánez, de lila y oro. Estocada. Aviso (oreja). En el sexto, pinchazo y estocada (oreja). Salió a hombros.
El segundo, de Concha y Sierra, lució buen son hasta que, ya banderilleado se despenó contra la barrera, mientras que el sobrero del mismo hierro no tuvo la misma claridad. Le costaba mucho y Manuel Diosleguarde no regateó esfuerzos y se pegó un arrimón muy metido entre los pitones. A derecha e izquierda intentó pasarlo sin que su decisión y las buenas formas que dejó vislumbrar tuvieran recompensa. Complicado el quinto, se lo pensaba mucho antes de arrancarse con las intenciones poco claras. Le plantó cara muy seguro en una faena de dominio y mérito, en la que acabó sometiendo al de Lora en soberbios naturales. El descabello le jugó una mala pasada, escuchó dos avisos y se libró del tercero por los pelos.