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ABC Cultural

Feria de Santander

Toreros con ganas de comerse el mundo

Tantas eran sus ansias de triunfo (sin olvidar los fallos a espadas) que la interminable novillada se alargó tres horas, con una oreja para la honda izquierda de Víctor Hernández y un percance de Fonseca en su despedida de novillero

Víctor Hernández, al natural Serrano Arce
Rosario Pérez

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A comerse el mundo salieron los tres novilleros. Hambre de triunfo traían, como cara de haberla pasado tenían algunos novillos de Núñez de Tarifa, vareados de carnes, más de uno escurrido como un silbido. Su lavada expresión y su deslucido comportamiento decían más ... bien poco, aunque la terna se encargó de alzar la voz. Demasiado, pues tantas eran sus ansias que acabaron soltando largos parlamentos y hartando al personal. En el toreo se puede ser todo, menos pesado. No ayudaron tampoco las desafiladas tizonas, que dejaron el marcador con una solitaria oreja para Víctor Hernández.

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