Francisco José Espada: «La vaca me metió el pitón casi hasta el fémur, pero ya está olvidado y voy a torear el domingo en Madrid»

«Día a día noto mejoría», dice Francisco José a este periódico. «La verdad que todavía tengo los puntos, pero ya estoy bastante mejor» cuenta de la evolución del percance que sufrió en la finca cacereña. Sobre la cornada, explica que «fue gorda. La vaca estaba muy astifina, y me pegó un derrote muy seco. Me metió el pitón, y llegó casi al fémur; pero, dentro de lo malo, me estoy recuperando bien». Esto fue el jueves pasado, pero para el torero ya está «casi olvidado».

Además, esta corrida supone la reaparición de Espada en esta plaza, ya que, en su última tarde, también vio la cruz de esta profesión. El pasado 2 de junio, el quinto toro, de Pedraza de Yeltes, le prendió dejándole en el suelo inconsciente. Pese a que intentó salir cuando recuperó el conocimiento, los doctores se lo impidieron, ya que no coordinaba completamente bien. Al día siguiente le dieron el alta, con una brecha en la cabeza. «El toro me pegó una voltereta muy seca, y caí muy mal», explica el torero, que continúa diciendo con total naturalidad que es el peaje de esta difícil profesión. «Son cosas que pasan, son cosas que tiene el toreo y uno asume, y hay que tirar p'alante», dice, antes de asegurar que «de eso ya estoy perfecto».

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Ya está en capilla para la corrida del 23 de junio: «Torear en Madrid es un privilegio, y tengo mucha ilusión». Ha intentado acortar los plazos con el fisio, para llegar en el mejor estado posible a Las Ventas: «He hecho un esfuerzo grande toda la semana para recuperarme. Creo que Madrid se merece lo merece todo, y ojalá sea una tarde bonita».

Muy ilusionado, nos cuenta lo que espera de este próximo domingo, en la que lidiará una corrida de Valdefresno, junto a Morenito de Aranda y Juan de Castilla: «Mis últimas actuaciones en Madrid creo que han tenido importancia, pero no termina de llegar un triunfo rotundo. Espero que el domingo pueda llegar esa gloria que tanto busco».

Que esa gloria del triunfo bien ganado, la logre alcanzar esa terna de toreros, y descerrajen la Puerta Grande venteña, la más importante del mundo.