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ABC Cultural

LAS VENTAS

La estocada en todo lo alto de Adrián de Torres al toro de la muerte

El de Linares se gana una oreja por su soberbio volapié a un marrajo de Cuadri en un domingo de Ramos que fue un domingo de penitencia

Así llegaban a Madrid los tres toreros del Domingo de Ramos

Estocada de Adrián de Torres al quinto toro, una prenda de Cuadri Plaza 1
Rosario Pérez

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La pálida dama se contoneaba en las dagas del quinto, a la caza siempre. Un silencio impropio de Madrid se hizo cuando Adrián de Torres se perfiló en la suerte final. No era solo la hora de matar, era la estocada a la ... propia muerte. Acongojados andaban los tendidos, con el miedo de grada en grada. El de Linares también debía de llevar su procesión por dentro frente a los ojos de aquella prenda negra listona. Pero de pronto, como si nada, enterró un espadazo de esos que siempre valieron una oreja. Ni sus partidarios se lo creían, pero la fe mueve montañas, y allí estaba el cura de la contrabarrera del 7 para acreditarlo. Con la taleguilla abierta paseó el trofeo el matador después de jugarse la vida con aquel marrajo de Cuadri.

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