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ABC Cultural

Juan de Castilla, el orgullo herido de un torero de Colombia con un importante lote de Escolar

El colombiano, al que le han birlado la Fiesta Brava en su tierra, se gana una oreja de ley al toro más bueno y la pierde con el más bravo y encastado, ambos herrados con el número 23; trofeo para Rafaelillo por una estocada

Y Pamplona enmudeció con el huracán Roca

Juan de Castilla, en la porrtagayo al Palomito sexto EFE
Rosario Pérez

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Debutaba en Pamplona Juan de Castilla, el torero que fue apadrinado por Botero, el torero que se gana la vida en una empresa de paquetería para entregar la suya delante del toro. Y así lo hizo desde el quite por gaoneras, con el capote ... a la espalda... ¡frente a un escolar! La tarde estaba marcada a fuego en el calendario del colombiano, con el orgullo herido por el desierto taurino en su tierra, donde la política le ha arrebatado el sueño de su niñez, el sueño por el que cruzó el charco para curtirse y volver a su Colombia natal anunciado en los carteles más grandes. Pero el toreo, como la vida y los sueños, no es fácil. Dejó dicho en un brindis que su padre le enseñó a no rendirse y prometió dar la cara. Y así lo hizo con el mejor lote de una seria corrida de José Escolar, complicada y sin entregarse, que mantuvo el interés con todas sus exigencias y que se abrochó con un cárdeno de desbordante casta.

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