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ABC Cultural

Feria de Valladolid

Daniel Luque: cuando un torero ve toro por todos lados

En imparable estado de gracia, suma un nuevo triunfo en el estreno de San Lorenzo

Daniel Luque, a milímetros de los pitones Fernando Blanco
Rosario Pérez

Rosario Pérez

Valladolid

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Cone llamaba Sacacuartos, como aquel novillo de Fuente Ymbro indultado en las Hogueras alicantinas. Muy alejado de tal bravura estuvo el pariente de Los Romerales lidiado ayer en Valladolid, con el que Daniel Luque se inventó no solo una faena, sino también un toro. ... Cuando un torero ve embestidas por todos lados, con ese sitio delante de la cara del rival, es capaz de hacer entrar al trapo a la cabra de la Legión. Aires de la Camarga y un toque 'ajandillado' traía este tercero, con el que el sevillano se gustó por chicuelinas. Andando y al paso iba en el inicio genuflexo. Qué descastadito era, tónica del conjunto ganadero de Ricardo Gallardo, que lidió una corrida un punto por arriba de lo que se estila en esta plaza, aunque de tan mermada raza que la tarde entró en una vorágine de sosería. Capaz de distraerse con una mosca era este número 96, pero Luque le dio el toque necesario y lo empapó de muleta hasta obrar el milagro de hacer embestir al bicho, al que exprimió hasta lo que no tenía. Menudo cambio de mano le sopló. Y cuando decía que nones, le trazaba un invertido cosido al de pecho para calentar el frío ambiente. Firme corrió la mano por naturales en las proximidades. Soberbia la última tanda y soberbia la 'Concha flamenca' de AMI, la banda de música de Íscar. Crecido en los terrenos ojedistas, permitió a Sacacuartos que le rozara la chaquetilla y la taleguilla: su vestido de primera comunión pasó de blanco a sangre de toro. Suya fue la primera oreja de San Lorenzo. Como suya sería la primera puerta grande.

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