Nuevo lenguaje taurino

Ha surgido una nueva forma de nombrar las cosas en la tauromaquia

La faena ideal

Una montera EFE

Para elogiar a un diestro, suele decirse hoy que es un «figurón». En realidad, la palabra tiene un sentido opuesto, peyorativo: una persona fantasiosa, que aparenta ser más de lo que es. (Un género del Siglo de Oro es la «comedia de figurón»). El ... error surge de creer que la terminación -ón indica forzosamente aumentativo. No siempre es así: un perro «rabón» es el que carece de rabo; un «pelón», un calvo.

Se habla de «encerrona» si un diestro torea los seis toros. En realidad, esta palabra alude a una trampa o emboscada: se coloca allí a alguien para que haga algo contra su voluntad. No debe ser ése el caso del torero que se anuncia en solitario. (También se usaba esa palabra para la lidia de toros en privado, lo que suele llamarse capea o tentadero).

Para elogiar a un toro, se dice ahora que tiene «embroque». En realidad, todos lo tienen. Define Pepe-Hillo: «ganar el toro el mismo centro y terreno del diestro». La Academia: «Enfilar a alguien con las astas». (Se usa también en el derribo, a caballo, cuando el garrochista golpea a la res en los cuartos traseros). Lo propio del toro bravo es embestir al capote o la muleta: eso sí, con más o menos nobleza. Un toro manso, complicado, también tiene su modo de embrocarse.

En los orígenes, se llamaba «regular» al muletazo dado con la mano izquierda, porque era el habitual, manteniendo la espada en la mano derecha. También se hablaba de pases «naturales», si se daba la salida a la res por el lado en cuya mano se tiene la muleta. Modernamente, llamamos «natural» al que se da con la izquierda. Si al que se da con la otra mano se le llama «derechazo», ¿por qué no llamar al otro «izquierdazo» o «zurdazo»? Para la Academia, significa un golpe dado con la mano o el pie izquierdo. Más allá del estricto significado, alude claramente al boxeo, a la fuerza. En los toros, el natural debe ser un pase sencillo, suave, armonioso: «la clásica elegancia», decía Manuel Machado. Es decir, natural de verdad.

Cuando se coloca al toro para la muerte, se le cuadra. Ahora, dicen que «se busca la cuadratura». Cualquiera piensa en la cuadratura del círculo, algo imposible.

Cambia la sociedad, cambia el lenguaje. No siempre para bien. Síntoma claro: cada vez se habla menos de la casta del toro y de la lidia: los dos fundamentos de la Fiesta.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios