La afición francesa sale a la calle contra la prohibición de los toros

El ambiente fue a la vez grave y festivo. Grave, porque el objetivo era depositar en la sede de la prefectura o subprefectura, según el caso, una moción reclamando el respeto de la libertad cultural concedida por la República desde cerca de un siglo a los pueblos del Midi para seguir cultivando su afición a los toros. Los prefectos tuvieron el encargo de hacer llegar esa moción al gobierno y al mismísimo presidente de la República. Festivo, porque jóvenes y viejos convivieron un largo rato de manera desenfadada, formando un amplio círculo en una plaza o desfilando en la calle, llevando en alto banderolas de la peñas y carteles con lemas reivindicativos.

La seriedad del momento fue compensada por un cierto desorden alegre, donde a pocos metros se pudo notar la presencia de unos capotes, ver a unos alguaciles a caballo acompañando la comitiva, oír con agrado unos pasodobles interpretados por las bandas, en el mismo instante en que se agitaba la bandera tricolor. Homenaje a España y a la fiesta de los toros, dentro de una conciencia patriótica asumiendo que la tauromaquia es uno de los elementos constitutivos de la identidad francesa del Sur.

El contenido de la moción transmitida se puede resumir por el lema de la República, Liberté, Égalité, Fraternité: se exigió la libertad de ser aficionado e ir a los toros; la igualdad entre todos los territorios para cultivar sus patrimonios específicos; la fraternidad alimentada por la particular convivencia de los aficionados en las peñas, en las ferias y en las plazas de toros de Francia.

Ese mismo día apareció en la prensa un manifiesto contra la propuesta de ley prohibicionista, con 1.400 firmas, algunas de ellas de muy destacadas personalidades del mundo cultural (el arquitecto Jean Nouvel, dos escritores de la Academia francesa, un actor de la Comédie française…) y otro firmado por más de 200 políticos de derechas y de izquierdas. Varios grupos de diputados han decidido ya votar en contra de esta propuesta en el debate de la Asamblea nacional del 24 de noviembre. Debemos mantener la esperanza.