Esplá: «Nos hemos creído que el toreo era el ombligo del mundo»

Fue el alicantino quien puso en suerte a los ponentes, ya que no dudó en hablar de «cierta ceguera y soberbia» por parte de la gente del toro, ya que «nos hemos creído que el toro era el ombligo del mundo y nos han superado otros tipos de espectáculos». De esta forma, «hemos sufrido una falta de incorporación a la sociedad», a la par que refirió de vital importancia el tema de la imagen y sus derechos y el paso al Ministerio de Cultura ya que, para él, «el toreo se ha convertido en una especie de reinos de Taifas».

Igualmente, Esplá consideró como un aspecto en contra de la Fiesta que que el mundo del toro «choca con los últimos clichés morales», ya que hay, en su opinión, «un desarraigo de la sociedad con la cultura del esfuerzo y el sufrimiento», asegurando que «se ha maquillado la muerte y esto se traslada a todos los ámbitos de una sociedad hipócrita».

Por su parte, Enrique Ponce, que se congratuló por el paso a Cultura, ya que «ahí nos podemos sentir más acogidos y más protegidos», hizo especial hincapié en la disparidad de los distintos reglamentos taurinos existentes, de manera que consideró «una barbaridad que haya un reglamento en cada comunidad autónoma», recordando, asimismo, que los toreros «hemos tenido muy poquito que ver con sus redacciones», por lo que «uno se vuelve loco, aunque si decimos que queremos unificar en un solo reglamento, se forma la de Dios...». Asimismo, el diestro valenciano reclamó una «mayor flexibilidad» a la hora de aplicar el reglamento, recordando que el toro «es un animal imprevisible».

De la misma opinión se mostró Julián López «El Juli», quien deseó «un espectáculo más libre», en el que el presidente «no tuviese tanto peso en las decisiones» y sí el torero, «que es el protagonista y, por tanto, debe ser el responsable».

Es por ello que no dudó en poner como ejemplo el modelo francés, «donde se hacen las cosas a favor del espectáculo» y hay una serie de personas que están involucradas en la organización de los espectáculos para que todo salga lo mejor posible». En cambio, según el madrileño, en España «hay un problema de estructura, ya que los ladrones son los toreros y los ganaderos».

Abundó en este aspecto Enrique Ponce a la hora de hablar del toro. «Me preocupan mucho los reconocimientos antes de la corrida —señaló—, ya se ve normal rechazar cuatro o cinco toros en cada corrida. Al final se lidia el toro que ellos —por el presidente y los veterinarios— quieren, y encima, si sale mal, la culpa es para el torero y el ganadero». Dijo, además, que «siempre se echan para atrás los toros con hechuras y no los camellos», por lo que se preguntó que «¿por qué no les gustan a los veterinarios los toros estrechos de sienes?», en referencia a que «ya se está haciendo un toro sacado de tipo totalmente».

Se habló también de los espectáculos televisados, algo con lo que El Julio se mostró a favor «siempre y cuando se trate de ocasiones especiales y en ferias y tardes relevantes», que no sea «por imperativo legal» y, sobre todo, «preguntando al torero cuándo, cómo y por qué». En este sentido, el de Velilla de San Antonio reclamó que «seamos más dueños de nuestro futuro y de nuestra imagen».