Suscríbete a
ABC Cultural

Los toros flojos apagan las campanadas de gloria en Sevilla

La deslucida y floja corrida de Núñez del Cuvillo estropeó una tarde de enorme expectación

ANDRÉS AMORÓS

Un año más, voltean, jubilosas, las campanas de la Giralda mientras el Resucitado pregona por Sevilla su buena nueva: «Muerte, ¿dónde está tu victoria?» (Unos lamentables atentados no deben prevalecer, en el recuerdo, sobre lo que hemos vivido -puedo atestiguarlo- como una manifestación ... única de religiosidad popular y de refinamiento estético). Un año más, la corrida del Domingo de Resurrección es la más hermosa y solemne del año. Ha estallado la primavera y reluce, como la joya que es, la Plaza de los toros: el ruedo elíptico, la blanca cal, el luminoso albero , los arcos de piedra desiguales… Y la ilusión de todos, por comulgar con la belleza. Con sevillano ingenio, escribió, hace años, Antonio Burgos que Cristo había resucitado para poder ir, por la tarde, a los toros, a ver a Curro Romero…

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia