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Los toreros tapan una adolfada de Victorino

Los toreros tapan una adolfada de Victorino

Victorino Martín no lidiaba un corrida coja en Madrid desde 1994. Mal augurio. Los cinco victorinos que saltaron al ruedo compusieron una escalera impresentable para su currículo y categoría. Y para Las Ventas, claro. Lo mismo en manos de su sobrino Adolfo lo hubiéramos tachado ... de adolfada. Resumo definición del término acuñado y enraizado sonoramente con golfada: «Dícese de la acción cometida por el afamado ganadero de reses bravas de Galapagar (Adolfo) de vender una corrida que no tiene». Aplíqueselo Victorino. Porque lo de ayer era un saldo, una ruina de retales. Le quitaron uno como le podían haber rechazado en los corrales los dos primeros por chicos, terciados vistos con ojos generosos, y el quinto por feo y acaballado, emparentado genealógicamente con el tiro de mulas.

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