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ABC Cultural

FERIA DE LA MAGDALENA EN CASTELLÓN

Talavante, la hora de un privilegiado

Talavante hace un adorno con el capote EFE

ROSARIO PÉREZ

Los artistas nacen y se construyen. Y Alejandro Talavante se ha convertido en uno de los grandes . Lo que él ofrece ni se compra ni se vende, ni todos los días se ve. Diez mil pupilas lo contemplaron en Castellón, aunque no todas ... esas cinco mil almas lo apreciaron en su total dimensión. Así se escribe el enigma de lo inalcanzable, el misterio de la naturalidad, una torería que va más allá de lo visible . Era la hora de un privilegiado: alucinante su sitio, su manera de estar, el modo de desenvolverse en un espacio en el que no habitaba nadie más que él y el toro, uno de los dos salvables del petardo de corrida de Zalduendo , medio podrida, noble pero sin casta ni fuerza, como si el adjetivo «bravo» se hubiese quedado en la dehesa.

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