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Manuel Escribano: «No me limpiaron ni la arena de la cornada»

El torero tuvo que se intervenido por segunda vez tras no descubrirle el equipo de la plaza de Belmonte la gravedad de la trayectoria

Manuel Escribano, en la clínica Santa Cristina de Sevilla @InfoEscribano

ABC.ES

La escena aterrorizó al público. Manuel Escribano sufrió una espeluznante cogida en Belmonte (Cuenca). Sangraba abundantemente, aunque el sonriente dolorido, y a la vez sonriente torero, pedía tranquilidad. En la primera intervención en la UVI móvil de la plaza restaron importancia a la herida, pero su apoderado, Raúl Gracia «El Tato», apreció rápidamente la gravedad del percance y decidió trasladar al torero a la clínica Santa Cristina de Albacete. No falló El Tato: Escribano sufría una grave cornada.

Así rezaba el parte médico : «Presenta herida perianal derecha suturada y con drenaje de penrose que sale por incisión. Varias heridas en la cara suturadas. Al explorar la herida perianal y hacer presión en región inguinal, se comprueba salida de sangre por drenaje de penrose, motivo por el que se decide una reintervención de urgencias. Con anestesia general, se procede a retirada de puntos y drenaje. Al realizar exploración, se observa arteria muscular con hemorragia activa que se liga y trayectoria de 15 centímetros con dirección a región inguinal que produce rotura de la musculatura adductora, de pronóstico grave».

Un día después, y tras ser operado con éxito por el doctor Masegosa , Manuel Escribano hablaba para los compañeros de Carrusel Taurino, en declaraciones recogidas por Mundotoro: «Estoy aquí hoy por El Tato, es la suerte que tenemos los que estamos apoderados por toreros, que rápidamente vio la gravedad del percance. Yo me sentía herido, algo más que la herida»

Y continuó: «En la plaza de Belmonte se trató todo fatal, sucio y mal hecho, mi apoderado tenía claro que de ahí nos teníamos que ir, por eso nos fuimos a la clínica del doctor Masegosa. La tesitura era que no había más ambulancias , si nos trasladaban tenían que parar el festejo y El Tato dijo que si había que parar la corrida se paraba, pero que yo me iba de allí. La corrida se paró 25 minutos hasta que llegó otra ambulancia y yo me fui para Albacete, donde me atendieron perfectamente y me volvieron a abrir todo lo que habían hecho en la plaza, tenía hasta arena de la plaza en la herida. Me habían cerrado la herida como si hubiera sido un corte casero, dejando abierta la puerta a infecciones y graves lesiones musculares».

Además, el equipo de Manuel Escribano ya ha anunciado que «tomaremos cartas en el asunto, a David Mora , con el mismo médico le pasó igual y hay que tomar medidas para que estos equipos médicos no vuelvan a estar en una plaza de toros».

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