No es la tauromaquia

Adoptar, por tanto, una decisión como la que ha anunciado el Gobierno sería vulnerar a sabiendas el ordenamiento jurídico.

Pero, sobre todo, una decisión así es profundamente totalitaria y fanática. Sólo un totalitario puede pretender decidir a qué manifestaciones culturales pueden (o deben) asistir los ciudadanos. No es ya que las subvenciones del Ministerio de Cultura estén dirigidas sólo a ciertas manifestaciones culturales excluyendo absolutamente a la tauromaquia. Es que ahora que van a dar un dinero a los jóvenes para que lo inviertan en cultura tratan de decirles qué manifestaciones culturales les convienen (aquellas a las que pueden destinar el bono) y cuáles no. ¿Van a prohibir que con ese dinero compren entradas de cine de películas de temática religiosa? ¿O de las que contengan o propicien 'miradas impúdicas' como las que el Ministerio de Igualdad quiere obligar a las empresas a perseguir? ¿Podrá pagarse con el bono la entrada a cualquier concierto o sólo a los de los cantantes afectos al régimen? ¿Por qué se excluye entonces la tauromaquia?

Si el Gobierno perpetra la decisión que ha anunciado, la Fundación Toro de Lidia iniciará todo tipo de acciones legales para que se anule la exclusión de la tauromaquia de las actividades culturales a las que puede destinarse el bono cultural y para que respondan personalmente los responsables de esa decisión manifiestamente ilegal.

Pero más allá de eso, si llega a aprobarse en esos términos, ese día todos los ciudadanos libres (sean aficionados taurinos o no) deberán alzar la voz contra un gobierno totalitario que quiere imponer, cheque mediante, su visión de la cultura y de la moral como la única admisible.