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ABC Cultural

El Juli y Urdiales: empate a nada en Logroño

Mano a mano, cortan una oreja por coleta en un deslucida corrida, sin presencia ni casta

El Juli se templa en un derechazo BMF TOROS/ANDRÉ VIARD

Rosario Pérez

La señal de la cruz nada más pisar el ruedo. La mirada al cielo, ese que se colaba por la apertura de la cubierta. Allá se encontraban los sueños; en tierra firme, las realidades: una indigna escalera.

La primera de esas anovilladas certezas respondía ... al nombre de «Soñador». ¡Vaya carita! La cruda realidad, pan nuestro de cada día, era que de trapío no andaba sobrado. Y menos aún de casta, pese a enseñar su calidad. Blandeó y, para colmo, se pegó un volatín en el capote de Urdiales . Pese a sus ganas de agradar, no era toro para quites, sino de moquero verde. No le hizo gracia la inoportuna «broma» a El Juli , que lanzó al vuelo la montera a su mozo de espadas. La figura madrileña lo templó en series reposadas, aprovechando la nobleza de «Soñador». Logró mantenerlo por ambos pitones en suaves muletazos –suyos serían los más despaciosos– y, con el animal apalancado, trazó unas luquinas en un palmo de terreno. La estocada caída, fulminante, encendió el marcador de trofeos.

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