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ABC Cultural

Iván Fandiño: el honor de morir con las botas puestas

Se cumple un año de la cornada mortal al último gran héroe de los ruedos

Iván Fandiño, en una fotografía publicada en "Mañana seré libre" IFM

Rosario Pérez

"Hay gente que aún no sonríe". No lo dice quien esto firma; lo escribe Irene, una adolescente que desde la cuna vio a Iván Fandiño forjar su carrera en la Alcarria, la tierra del hombre que creyó en él y en cuya casa ... vivió como un hijo y un hermano más. La casa de los García. Irene, heredera de la sensibilidad de su abuelo con la pluma, se pregunta hoy cuándo volverá a reír su tío, Néstor, la otra mitad de Iván. Su sonrisa se apagó el 17 de junio de hace 365 lunas. Como se ensombreció la de sus padres, Paco y Charo; la de su hermana, Itziar, y la de su viuda, Cayetana. Y la de todos los que conocieron al hombre y al torero, al torero y al hombre.

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