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ABC Cultural

Una corrida vacía y un sabroso chuletón

Pase de pecho de Antonio Barrera, que hizo lo más destacado JOSÉ USOZ

Contaba Cañabate en una crónica bilbaína del año 58 una excursión a Santurce como argumento preliminar para prender al lector en la crónica de una corrida aburrida. El Caña era un monstruo en ese tipo de recursos costumbristas. El sabor, el olor y el color ... plateado de las sardinas que engulló -«¡a dos pesetas pieza, espinas incluidas!»- le sirvieron para introducir una pieza que no debía ser tediosa como el espectáculo presenciado. Unos pelayos, unas anchoas y un chuletón me indujeron en un sueño de colores, sabores y texturas, pero el sueño, a partir de las seis de la tarde, se convirtió en pesadilla de la mano de los toros de Ana María Bohórquez, una bueyada infumable por dentro y por fuera.

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