Cornada grave a Luis Manuel Terrón en su debut en Las Ventas

La herida tiene una trayectoria de 25 centímetros y contusiona el nervio ciático

Luis Manuel Terrón, a merced del quinto novillo, se tapa la cabeza con las manos Paloma Aguilar

EFE

El novillero extremeño Luis Manuel Terrón tuvo un sangriento debut en Las Ventas. Fue operado en la enfermería de «una cornada en el tercio medio de la cara posterior del muslo derecho, con una trayectoria hacia abajo y hacia dentro de 25 centímetros, ... que produce destrozos en músculos isquiotibiales y contusiona el nervio ciático, de pronóstico grave ».

Cogida a Terrón P. Aguilar

El percance sobrevino en la faena de muleta al geniudo quinto de Fernando Peña , que lidió un conjunto bien presentado y de buen juego en líneas generales. Antes, con el novillo de su presentación, Terrón saludó.

Por la cogida, Mario Alcalde tuvo que estoquear tres ejemplares. Su balance fue: silencio, saludos tras petición y silencio. Completaba el cartel Alejandro Conquero , silenciado en ambos.

La plaza registró un cuarto de entrada y se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas de Niza.

Fue una novillada con notables posibilidades . De diez en cuanto a presentación, eso por delante, pero también hubo interés en el comportamiento de, al menos, tres de los seis utreros que embarcó el ganadero Fernando Peña.

Sólo desentonó el lote del debutante Terrón, que, para ahondar en su mala suerte, acabó pagándolo también con su propia sangre; como tampoco sirvió el reservón y desclasado sexto.

Pero los otros tres restantes sí que fueron de nota alta, y, por supuesto, merecieron otro trato por parte de los otros novilleros - Mario Alcalde y Alejandro Conquero -, que desperdiciaron una oportunidad de oro en la primera plaza del mundo. Ambos marcharon al hotel con claro gesto de contrariedad, mientras que la trío de utreros acabaron en el desolladero con las orejas puestas.

El primero de Mario Alcalde fue un novillo noble y con recorrido , con el que el ya veterano novillero conquense anduvo fácil y suelto para pasarlo por los dos pitones, aunque le faltó dominar mejor la situación, mayor mando para someter de verdad a su oponente, lo que propició que la faena no acabara nunca de despegar.

El cuarto fue uno de los novillos de mayores posibilidades del sexteto, muy noble y con transmisión en sus vibrantes acometidas. Alcalde no acabó de acoplarse, amontonado por momentos. Volvió a faltarle domeñar más y mejor al animal, que respondió con franqueza cuando se le hicieron bien las cosas, algo que no siempre logró el de Barajas de Melo.

El pitón se hunde en el muslo del novillero Terrón

El debutante Luis Manuel Terrón, sobrino del ganadero Luis Terrón , sorteó en primer lugar un utrero muy incómodo, al que le costaba un mundo tomar lo engaños, además de soltar mucho la cara. El extremeño anduvo voluntarioso en una larga y laboriosa porfía, que resolvió con dignidad aunque sin llegar tampoco a nada del otro mundo por la cantidad de dificultades que planteó el astado.

El quinto tuvo genio y malas ideas. Qué mala suerte tuvo Terrón con su lote, más aún cuando en un momento de la faena de muleta el animal se le frenó a mitad del muletazo, lanzándolo por los aires y, una vez en el suelo, volvió a prenderle para acabar hiriéndole.

A Alejandro Conquero se le fue enterito el noble y dulzón tercero, que se desplazó con mucho temple y por abajo , y al que no dominó en ningún momento, acompañando las embestidas, al hilo y tratando de vender una puesta en escena sin estructura ni argumento alguno.

El sexto, en cambio, no tuvo nada dentro, muy desclasado y reservón, y Conquero desistió pronto después de probarlo brevemente por uno y otro pitón.

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