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ABC Cultural

Un «Arpón» de lujo para Perera en Illumbe

El extremeño corta la única oreja en una desigual corrida de Garcigrande

Miguel Ángel Perera, en un quite con el capote a la espalda Efe

ANDRÉS AMORÓS

El 15 de agosto, en toda España, es la gran fiesta de la Virgen . En Madrid, cantaban las seguidillas de «La verbena»: «Por ser la Virgen de la Paloma…» (Recuerdo siempre, en esta fecha, a Lina Morgan y Vicente Zabala padre, tan devotos ... de esa Virgen). En Elche, culmina el «Misterio», esa joya única: la Virgen sube al cielo para ser coronada. En la playa de Gijón, la multitud, enlazada, baila pacíficamente la tradicional «Danza prima». En San Sebastián, ante la pequeña Virgen del Coro, el Orfeón Donostiarra (¡nada menos!) canta la «Salve»; las barras de pinchos son un espectáculo; Don Juan Carlos asiste, acompañado por la Infanta Elena y sus dos hijos, junto a miles de aficionados, a la última corrida de la Semana Grande. El público lo recibe en pie, con una gran ovación. (¿En qué otro espectáculo masivo, aquí, se daría una reacción popular semejante?). Aunque algunos se empeñan en lo contrario, a veces, «Todo está bien», como dice el verso de Jorge Guillén.

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