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ABC Cultural

Aprendiendo a morir en el ruedo de la verdad

Son muchos los toreros que han caído heridos esta temporada, algunos de extrema gravedad, como Mariano de la Viña, Román, Gonzalo Caballero y Rafaelillo

El gesto de dolor de Román mientras es trasladado por sus compañeros; al fondo, «Santanero I», con el pitón derecho embadurnado de sangre, la sangre de un valiente Alfredo Arévalo/Plaza1
Rosario Pérez

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«Doctor, ¿me estoy muriendo?», preguntó Román a don Máximo García-Padrós cuando llegó a la enfermería con litros de sangre vertida. «Y con la misma ganadería que mató a Iván Fandiño», alcanzó a decir antes de ser sedado. Mientras el cirujano de ... Las Ventas y su equipo comenzaban una intervención de ingeniería, con la arteria femoral contusionada, con rotura de las láminas internas y casi sin pulso, los tendidos seguían helados. Retumbaba una frase: «¡Lo ha matado, lo ha matado!» . Aquella imagen de Román colgado del frondoso pitón de «Santanero I» era el museo del horror. Saturno devoraba a su hijo mientra las sangre caía a chorros por el boquete. La daga del toro de Baltasar Ibán, totalmente embadurnada de sangre, anunciaba la gravedad. Cinco días después, el joven matador valenciano ofrecía una rueda de prensa y ya pensaba en la reaparición.

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