Morante encarga a Joaquín Moeckel la defensa jurídica tras los ataques antis

«He asistido a muchísimos partido fútbol y a finales europeas en diversos países. Los cuerpos de seguridad que acuden a los estadios no permiten el acceso al campo por las mismas puertas a dos aficiones para evitar posibles enfrentamientos. Pues bien, digo yo, ¿Cómo es posible que dos aficiones al fútbol entren por puertas distintas para evitar enfrentamientos y los antitaurinos puedan acceder por la misma calle por la que el torero accede a la plaza? ¿Quién vela por su seguridad? ¿Por qué un hooligan es considerado un peligro y un antitaurino agresivo no?

Otra diferencia que veo es la siguiente: en los campos de fútbol, la policía está de espaldas al campo y mirando al graderío porque están trabajando, no presenciando el partido. Desde mi modesto punto de vista, la policía del callejón tiene que estar pendiente de lo que sucede en los tendidos para que un antitaurino no pueda acceder con la facilidad que lo hace al ruedo. Pero si, a pesar de ello ocurriera, la intervención de los cuerpos de seguridad debería ser más rápida y expedita.

Me da mucha pena comprobar cómo a los diestro Daniel Luque, Salvador Cortés y Salvador Vega los ‘retiraron’ de la plaza de Sevilla los GEO y a los antitaurinos los trataron con un cuidado exquisito, no vaya a ser que se enfade la progresía.

Esto no se puede tolerar más. Voy a exigir poder ir a un espectáculo público legal con todas las garantías para los diestros actuantes y todo el personal que los acompaña. Hasta aquí hemos llegado, se acabaron las contemplaciones. Igualmente llamo la atención de que en algunas plazas debe existir seguridad privada dentro del recinto al igual que existe en un campo de fútbol».