Ferrera y Fandiño, lidiadores sin espada
Ambos matadores pierden las orejas tras buenas faenas con una floja corrida de La Quinta
andrés amorós
Casi todas las tardes, El Juli mata toros de sus ganaderías preferidas. Cuando, por imitar a José Tomás , presentó su «Tour» cerrado (algo lógico en un grupo de rock; absurdo, en un torero), se subrayó como hazaña que iba a matar dos corridas de ... La Quinta. En la primera, en Mont de Marsan, tuvo mala tarde, mientras que Fandiño alcanzó su nivel más alto . Esta de Bilbao es la segunda, con los mismos protagonistas: espadas en alto...
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Los santacolomas, añorados por los aficionados, pueden salir muy buenos... o bastante malos. Nunca olvidó Antoñete lo que uno le hizo pasar; en cambio, los prefería un torero tan poderoso como Paco Camino (mató 226, según cuenta José María Moreno Bermejo, en el apartado). La corrida de Gijón salió magnífica. Los de esta tarde, serios, bien armados, han flojeado, no han respondido a las expectativas. Lo hubiera lamentado Manolo Vázquez, gran partidario de esta ganadería.
Espectacular tercio
Viene Antonio Ferrera de la hazaña de matar seis miuras. El primero de La Quinta cumple en varas. Se luce el matador en el arriesgado tercer par, por dentro. En la muleta, el toro queda muy corto, saca guasa. Los que pitan al diestro no se han enterado. Abrevia y falla, con los aceros. El cuarto, un bonito bragado calcetero, embiste con clase por la derecha. Ferrera logra buenas verónicas y un espectacular tercio de banderillas, jugueteando con el toro, que levantan un clamor. Aprovecha la bondad del toro en derechazos relajados; alguno, lentísimo. Antonio ha disfrutado en esta faena, llevándolo prendido a la muleta, con torería. Y también ha disfrutado el público, claro. Pierde la oreja por pinchar, antes de la estocada.
Sale suelto el segundo, flaquea después de la primera vara. Brinda El Juli por televisión a los novilleros colombianos que están en huelga de hambre, por defender la Tauromaquia. En la muleta, el toro se apaga y cae. Sufre un desarme y, en un doblón, la res vuelve a caer: decepción. Un metisaca en los bajos desata los pitos a toro y torero. No se entrega el quinto y le pegan fuerte, en varas; es noble pero apagado, hay que esperarle mucho, sin dudarle, y Julián no se acaba de confiar. Machetea y surgen los pitos. Pincha mal, aprovechando el viaje, y otra vez, antes de la estocada. Un desairado final de Feria.
Lancea valiente Fandiño al noble tercero, que flaquea. Parean bien Pedro Lara y Jesús Arruga. Brinda a Iñaki Azkuna, el fallecido alcalde de Bilbao, defensor de la Fiesta. Cuidándolo mucho, logra templados derechazos, alargando la embestida, que levantan la primera gran ovación de la tarde. Por la izquierda, el toro va rebrincado pero le aguanta, con valor. Vuelve a la derecha, con gran suavidad y lentitud. Pierde la oreja por pinchar: toreando bien, ha sabido sacar lo bueno que tenía el toro. Antes de salir el sexto, salta un espontáneo talludo; el toro embiste con fiereza a los guardias que lo están reduciendo: felizmente, no pasa nada. Devuelto por flojo, el sobrero, de la misma ganadería, descarado de pitones, recibe fuerte castigo y lo acusa. Fandiño, muy decidido, lo va metiendo en la muleta. La faena, menos reposada y limpia que la anterior, también tiene mérito: alterna naturales buenos y enganchados, pero da la cara, sin una duda. Pincha siempre arriba, sin aliviarse... pero pincha.(Ha sufrido un puntazo en la mano, al matar). Otra oreja perdida.
¿Se volverá a apuntar El Juli a estos santacolomas? Lo dudo. «Caballero sin espada» era Gary Cooper. Antonio Ferrera e Iván Fandiño, esta tarde, pierden el triunfo por ser buenos «lidiadores sin espada».
Ferrera y Fandiño, lidiadores sin espada
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