El alcalde de Bogotá dice que denunciará a quien use la huelga de hambre para defender el toreo

Petro, que cuestiona quién «está detrás de la huelga taurina», toma así medidas después de que un grupo de ocho novilleros colombianos mantuviera durante siete días una huelga de hambre indefinida en las afueras de la plaza de toros La Santamaría de Bogotá.

Su reclamo es pedir que vuelva la Fiesta taurina a la capital colombiana, después de que el actual alcalde las prohibiera en junio de 2012, cuando rescindió el contrato de alquiler de la plaza de toros a la Corporación Taurina de Bogotá.

El regidor defendió entonces que la medida pretendía garantizar que estos espacios públicos se utilicen para actividades «de vida y no de muerte», en referencia a la celebración de corridas de toros.

Los novilleros, apostados bajo una carpa en uno de los costados de la plaza, dijeron el lunes a Efe que buscan que se les escuche, porque se les está «violando el derecho a la libre expresión» y a la libertad de «elegir» su trabajo.

Asimismo, rechazaron el plan de las autoridades locales de invertir 37.000 millones de pesos (unos 20 millones de dólares) para reformar el coso taurino y convertirlo en un espacio para eventos culturales, deportivos y artísticos.

Los novilleros sostienen que el cierre es «ilegal» al violar la Ley 916 de 2004, que establece que las corridas de toros no se pueden prohibir porque están consideradas como patrimonio cultural, y que la clausura ha provocado la pérdida de unos 35.000 empleos y el saqueo del museo taurino que albergaba la plaza.

Las denuncias que Petro afirmó que interpondrá no actuarían contra estos jóvenes, sino contra los colectivos que apoyan este tipo de protesta, que en el caso de los novilleros sería el colectivo de la tauromaquia de Colombia y la Unión de Toreros de Colombia (Undetoc), que dijeron «apoyar totalmente» la protesta.

Dos de los novilleros tuvieron que interrumpir el lunes la huelga tras ser hospitalizados por problemas de salud derivados de la falta de alimento.