Pontevedra, el gran bastión de la Fiesta en Galicia

De acuerdo con las Peñas, la Feria se divide en dos fines de semana y comprende cuatro corridas , con las máximas figuras, incluidos los tres que han salido a hombros este año, en San Isidro: Perera, Luque y Fandiño (que posee algún antecedente gallego). Antes de que se abrieran las taquillas, hacían cola ya, desde la madrugada, un centenar de personas.

Existe en Pontevedra una muy activa Coordinadora de Peñas Taurinas: une a más de cuarenta agrupaciones y más de mil peñistas, que pagan su cuota anual y llenan dos tendidos. Han difundido un lema: «Me preguntaron por mi vicio y terminé hablando de toros». Y una frase llamativa: «Aquí, se puede ir a los toros en barco».

La habilidad de los Lozano ha sorteado los escollos de la política. No apoya la Tauromaquia el Ayuntamiento, del BNG: la concejala de Fiestas ha realizado declaraciones antitaurinas pero la corporación hace un convenio anual, para utilizar el coso en la Feira Franca. Sí la apoya decididamente la Diputación, del PP. Su presidente, Rafael Louzán, ha respondido a los antitaurinos con una frase impecable: «La ley establece lo que está prohibido y lo que no». Y la Tauromaquia no sólo está permitida sino amparada, en toda España, por una Ley, como parte de nuestro patrimonio cultural. Antes de ser presidente de la nación, acudía a alguna de estas corridas Mariano Rajoy; ahora, suele hacerlo Núñez Feijóo.

La capital de las Rías Baixas posee un enorme atractivo turístico. De la gastronomía gallega, no hace falta hablar; del albariño, simplemente, disfrutarlo. En la Plaza de las Cinco Calles, está la casa donde vivió Valle-Inclán, que señaló: «Si nuestro teatro tuviese el temblor de las fiestas de toros, sería magnífico. Si hubiese sabido transmitir esa violencia estética, sería un teatro heroico como la Ilíada». Y, a propósito de su admiración por Belmonte, formuló una declaración tajante: «Los toros son la única educación que tenemos... Una corrida de toros es algo muy hermoso». Lo seguiremos comprobando –y disfrutando– en su ciudad de Pontevedra.