Fervor taurino en territorio Bildu
Azpeitia, con gran fervor taurino, resiste como la única plaza en Guipúzcoa tras el veto radical a Illumbe
Fervor taurino en territorio Bildu
Indisoluble al toro, el municipio vasco de Azpeitia resiste en el corazón de Guipúzcoa, en pleno territorio Bildu, como único refugio para el aficionado que no entiende de barreras ideológicas pero sí de raíces, respeto y pluralidad . Su programa de fiestas ... de San Ignacio está trufado de actos ligados a lo taurino, con encierro matutino y feria grande por la tarde en la coqueta plaza de 1903, único referente en la provincia después de que la coalición radical acorralara la Fiesta en Illumbe. Sin toros en San Sebastián por el odio de una minoría, el cartel de «sanignacios» es doblemente reclamo para los miles de aficionados que deben recorrer el mapa para ver sobre la arena la máxima lucha entre hombre y animal. Pero el recoleto coso de Azpeitia (3.900 localidades) también saca a la calle a su pueblo, torista hasta la médula, por más que los políticos les quieran repartir otra etiqueta.
No se entiende, ni se explica, que Bildu haya enterrado la Fiesta en San Sebastián, con un último enjuague compensatorio de 2,7 millones a la familia Chopera, mientras que en Azpeitia, también feudo de los radicales, todo sigue siendo toro. Hasta el concejal de Fiestas, que presidió ayer la corrida con la plaza rozando el lleno. Un cargo de la Diputación foral que preside Martin Garitano reconocía a este diario que su cornada mortal aún no ha llegado, porque primero hay que dejar morir a la afición , por inanición. «Si algo sabemos es que en política no puedes ir en contra de la mayoría. Habrá que hacer pedagogía con los nuestros, con los más jóvenes. Todo llegará», reflexionaba desafiante. Pero la realidad en Azpeitia dibuja un público variopinto , mayoritariamente «euskaldún», concentrado en la plaza que luce grana y oro y una única pancarta por los presos , el martes pero no ayer, imposible olvidar dónde se está. No hubo ni ikurriña ni española, liberándose esta vez el toreo de banderas.
Chavalería en cuadrilla
Tal vez el único intento –vano- de Bildu en Azpeitia por separar a sus jóvenes de la Fiesta haya sido el hacer coincidir, a las seis de la tarde, la feria grande y la de los niños, que se divierten junto a la parroquia con sus primeros muletazos y recortes a las vaquillas, para deleite de los mayores. La chavalería también acude en cuadrilla a la plaza, vistiendo sus pañuelos de fiesta y camisetas de todos los colores, pasando de largo del cartel por «la independencia y el socialismo» que firma Sortu.
Dentro, el momento solemne de la tarde llega con la muerte del tercer toro. Con el tendido en pie y en escrupuloso silencio, suenan los acordes del «zortziko» fúnebre en homenaje al banderillero muerto hacia 1840. Nobleza y respeto al antepasado de la idiosincracia guipuzcoana se funden en la plaza.
«El fervor es impresionante. Al toro se le quiere en el campo, en la calle y en la plaza», asegura Joxin Iriarte (Azpeitia, 1957), presidente de la Comisión Taurina y alma máter de la Fiesta en este pueblo del valle del Urola. Al otro lado del teléfono, Iriarte se fecilita por que su apuesta en la última década por el toro ha conseguido expandir la feria de San Ignacio por España y Francia . «Azpeitia tiene un carácter más torista que torerista. Lo más importante es el animal, bien presentado, con su trapío e íntegro para dar espectáculo», señala orgulloso Iriarte.
A la salida, los incondicionales comentaban animados la faena de Escribano, Aguilar y Ureña, sin demasiada suerte ayer, en disonante a las dos orejas del día anterior. Pero el nubarrón de Bildu es comentario recurrente estos días de feria, que concluye hoy con El Cid y Fandiño. «Desde fuera no se entiende. ¿Por qué Azpeitia sí y San Sebastián ya no?», glosaba incrédulo Enmanuel, francés de Nimes que hace 600 kilómetros cada año con sus amigos para acudir a Azpeitia. «La cita que condensa mejor la esencia del toreo del norte y que probablemente está más fuera de peligro de todas por centrarse en el respeto a lo puro , a lo tradicional: el toro», según palabras del bravo juntero socialista vasco, Eneko Andueza, que sacó los colores al PSOE por su punzada a la Fiesta.
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