«La mayor dramaturga del Siglo de Oro nacida en España»

La propia Juana Escabias ha sido la gran valedora de esta semidesconocida autora andaluza –«he dedicado muchos años a buscar el rastro de esta mujer», dice–, que fue bautizada en Granada el 6 de octubre de 1601. «La inscripción de bautismo de Ana María –cuenta Juana Escabias– especifica su condición de 'sclava' y la coletilla 'era adulta', que recibían las esclavas que alcanzaban la edad de nueve años». De la dramaturga apenas nos han llegado a nuestros días «cuatro relaciones de sucesos, una loa, un coloquio sacramental, cuatro poemas sueltos y dos comedias largas: 'Valor, agravio y mujer' y 'El conde Partinuplés'» (Ediciones Cátedra acaba de publicar un volumen con el 'Teatro completo' de la autora).

Beatriz Argüello dirige el montaje de 'Valor, agravio y mujer' que, a través de la historia de Doña Leonor de Ribera, mujer burlada por Don Juan de Córdoba y ansiosa de venganza, aborda el mito de Don Juan -uno de los ejes de la temporada de la CNTC-, pero esta vez desde el punto de vista de la mujer. «Doña Leonor, disfrazada de hombre -cuenta la directora- viaja a Flandes para saldar su deuda con Don Juan con la muerte o con el amor».

La novedad es que Leonor, asegura Beatriz Argüello, «se da cuenta de que el 'deshonor' que arrastra no es en realidad tal, y que ella no ha sido agraviada, ya que lo que ha hecho lo ha hecho movida por el amor; no se siente sucia ni mancillada, y a partir de ahí llega el perdón. Es entonces cuando modifica el sufrimiento en juego, el dolor en ingenio y el bloqueo en velocidad. Aprenderá a amarse a sí misma y transformará la 'mancha' de la deshonra femenina en virtud, liberándola de las ataduras de la vieja tradición patriarcal».

Para poner en pie esta pieza, Beatriz Argüello ha contado con un reparto encabezado por Julia Piera (Doña Leonor) y Pablo Gómez-Pando (Don Juan); les acompañan Lucía Barrado, Jesús Hierónides, Ignacio Jiménez, Natalia Llorente, Luis Moreno, Paco Pozo y Sol Vicente. La escenografía es de Carolina González, la iluminación de Paloma Parra, el vestuario de Rosa García Andújar, la música de Luis Miguel Cobo y el movimiento escénico de Pau Arán. Jesús Esperanza ha sido el maestro de esgrima y Ernesto Arias el asesor de verso.

En 'Valor, agravio y mujer', dice Juana Escabias, autora de la versión, en la que apenas ha eliminado algunos personajes circunstanciales y ha recortado algún fragmento redundante, «encontramos en la pieza toda una galería de mujeres autosuficientes y dueñas de su destino, personajes que hacen del arrojo y la capacidad de decidir sobre sus vidas su modus operandi. En un mundo en el que la mujer vive supeditada a un orden social que la constriñe, la audacia de su protagonista, doña Leonor, y la libertad de movimientos de la que hace gala son admirables».

«Otro aspecto destacable -sigue- es el tratamiento otorgado por la autora a la figura del burlador de mujeres, ejemplificada en el personaje de don Juan de Córdoba. El burlador no es desmontado desde un juicio moral, sino a través de la ridiculización y el humor, recurso que Ana Caro de Mallén maneja hábilmente en toda su producción».