'Mamma Mia!', vuelve el musical de ABBA, el grupo interminable

También en Madrid, donde se estrenó en 2004 y adonde regresó diez años después. Y donde vuelve a estar en cartel -en el Teatro Rialto-, con una particularidad: se va a ver, por primera vez, en una producción diferente a la original londinense, que es la que se ha paseado por todo el mundo en estas más de dos décadas: nueva traducción, nueva escenografía, nuevo vestuario, nuevas coreografías y nueva dirección escénica. Las canciones y la historia, claro está, permanecen inalterables.

«La idea de hacer un musical con nuestras canciones es muy vieja -contaba Björn Ulvaeus en 2004, al día siguiente del estreno español de la obra-. Al principio se pensó en un programa de televisión en el que se contara una pequeña historia alrededor de las canciones. Aquello no tomó forma, pero la idea quedó ahí. Y en 1997 me presentaron a Catherine Johnson y, tras hablar con ella, pensé que era la mejor elección para llevar a cabo ese viejo proyecto. La primera idea era hacer un musical pequeño; empezó a trabajar sobre cien canciones, de las que tenía que dejar veinte o veinticinco sin cambiar la letra ni cambiar nada... Ella trabajó maravillosamente con las canciones hasta dar con el libro».

'Mamma Mia! -que ha dado origen también a dos películas- cuenta la historia de una joven, Sophie, a punto de casarse. Ha invitado a los tres hombres que pueden ser su padre (según el diario de su madre, Donna), y la llegada de estos -y de dos amigas de juventud de Donna- a la isla griega donde viven las dos mujeres supone una verdadera revolución. Todo ello salpicado con canciones tan populares como la propia 'Mamma Mia!', 'Money, money', 'Chiquitita', 'Dancing Queen', 'Voulez-Vous', 'Our Last Summer', 'Gimme Gimme Gimme', 'The Winner Takes It All', 'Take a Chance on Me'...

El director peruano Juan Carlos Fisher -muy experimentado en el género- es el encargado de poner en pie esta nueva producción, que cuenta con dirección musical de Joan Miquel Pérez, coreografías de Iker Carrera, escenografía de Ricardo Sánchez Cuerda, vestuario de Gabriela Salaverri, iluminación de Felipe Ramos, sonido de Gastón Briski y caracterización de Chema Noci. El reparto lo encabeza Verónica Ronda como Donna. La acompañan Gina Gonfaus, Mariola Peña, Inés León, Jaime Zatarain, Carlos de Austria, Lluis Canet y Jan Boxaderas, en los principales papeles. La adaptación y traducción del libreto y de las canciones es de David y Alejandro Serrano.

Marcos Cámara, productor del montaje junto a Pilar Gutiérrez y Juanjo Rivero, se confiesa orgulloso y honrado por el hecho de que los responsables del montaje original les hayan permitido afrontar una producción propia, y no la réplica de la de Londres. Lo asocia a la importancia que tiene actualmente en Madrid el teatro musical (nueve títulos hay ahora mismo en cartel, y en las próximas semanas se estrenarán otros dos). Los responsables de 'Mamma Mia!' han querido ir un poco más allá del mero montaje escénico y han transformado el Teatro Rialto. «Ofrecemos guiños al comprador de entradas desde el momento mismo de adquirirlas», explica. Se ha ambientado también el teatro para «llevar al espectador directamente a la isla griega en que transcurre la obra». Elementos como las puertas de acceso a la sala -de madera pintada de azul, como la propia escenografía- o barcas auténticas de pueblos pesqueros del Mediterráneo integrando el decorado se han colocado buscando lograr «una experiencia más allá de lo teatral».

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Asegura Marcos Cámara que en este aspecto, el teatral, también se ha buscado dar un paso más. «Se ha cuidado la comedia y hemos bajado la edad del elenco con respecto a producciones anteriores -explica-. 'Mamma Mia! se basa en dos pilares fundamentales: el guion, que podría funcionar por sí mismo, porque es un vodevil perfectamente contado; y la música de ABBA, incontestable con sus cientos de millones de discos vendidos en todo el mundo a pesar de los años que lleva el grupo separado». «Pienso en ello muchas veces -decía a este respecto Ulvaeus en la entrevista citada-. Es imposible saber por qué nuestras canciones sobreviven veinticinco o treinta años después. Siempre pienso que algún día se terminará, pero ese momento no llega nunca».