Crítica de teatro
'Jondo', Federico García Lorca en un oscuro laberinto
«En torno a cinco personajes de obras del poeta granadino se articula el espectáculo, que huye del Lorca más 'folclórico' y popular para adentrarse en un mundo sombrío, oscuro, por ocasiones críptico»
'Jondo', cinco viajes al alma flamenca de Lorca
'Jondo'
- Dirección y coreografías contemporáneas: Sharon Fridman
- Idea original y dramaturgia: Triana Lorite.
- Bailarín principal y coreografías flamencas: Eduardo Guerrero.
- Dirección musical y guitarra: Pino Losada.
- Arreglos vocales y cantaora: Ana Salazar.
- Cantaor: Manu Soto.
- Cantaora invitada: Carmen Linares.
- Músicos: Jorge Moreno y Antonio Carmona. Madrid, Teatro EDP Gran Vía
Fue Peter Brook el que demostró con mayor maestría que el aserto 'Menos es más' (acuñado al parecer por el arquitecto Mies van der Rohe) es perfectamente válido, e incluso conveniente, para el teatro. Lo han ignorado sin embargo los creadores de 'Jondo' ... , un ambicioso espectáculo en el que flamenco y danza contemporánea se unen alrededor del universo de Federico García Lorca y varios de sus títulos: 'Doña Rosita la soltera', 'La casa de Bernarda Alba', 'El público', 'Mariana Pineda' y 'Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín'.
En torno a cinco personajes de estas obras se articula el espectáculo, que huye del Lorca más 'folclórico' y popular para adentrarse en un mundo sombrío, oscuro, por ocasiones críptico. En este entorno se desarrollan los cuadros ideados por Triana Lorite y coreografíados por Sharon Fridman y Eduardo Guerrero, cada uno en sus lenguajes (que demuestran la gran preparación y versatilidad de los bailarines actuales). Pero contrario a esa regla del 'menos es más', 'Jondo' se presenta como un espectáculo confuso, con mucho ruido escénico, que abusa de elementos que poco aportan, de los movimientos al ralentí e idas y venidas de los intérpretes, que frenan su ritmo, y de cambios constantes de vestuario a vista del público que ensucian igualmente el desarrollo del espectáculo, por otra parte cuidado en su producción.
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Lo mejor, sin duda –y eso aplaudió especialmente el público, que terminó puesto en pie, a pesar el abrupto final– es la interpretación, con cuatro puntos cardinales en este sentido: la seductora guitarra de Pino Losada, miembro de una ilustre saga de músicos flamencos; el cante y el recitado dramáticos de Ana Salazar ('Jondo' se cierra con un conmovedor monólogo de 'Doña Rosita la soltera' interpretado por ella); la clase y la jerarquía de la gran Carmen Linares; y el baile salvaje e indómito de Eduardo Guerrero, una de las grandes figuras masculinas del flamenco actual.
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