Los clásicos (y no tan clásicos) son para el verano

Algunos aprovechan su propia historia como excusa: Alcalá, cuna de Cervantes; Olmedo, la villa donde Lope de Vega situó una de sus más célebres obras. Otros sacan lustre a sus espacios monumentales, caso del Grec (Teatro Griego de Barcelona, construido para la Exposición Universal de 1929) Olite (Castillo, de los siglos XIII y XIV), Sagunto (Teatro Romano, de del año 50 d. C), Cáceres (casco histórico). Y otros simplemente se celebran porque sí, como la Feria de Teatro de Palma del Río (Córdoba) o el Festival de San Javier (Murcia). No están todos los que son, pero esta decena de festivales si son todos los que están.

Almagro es un certamen creado en torno a su histórico Corral de Comedias, «el único ejemplo de teatro del siglo XVII de esta tipología íntegramente conservado -presume el festival-, ya que, en la actualidad, sigue manteniendo la estructura original de los corrales de comedias del Siglo de Oro». En su cuadragésima sexta edición estrena directora, Irene Pardo, que dice que «será el festival de la convivencia entre lo clásico y lo contemporáneo, donde la herencia y la tradición no compiten con el presente, será un espacio donde se encuentren la emoción con la reflexión, donde confluyan el oficio con la experimentación y en el que se descubran, de frente, artistas y públicos».

El premio Corral de Comedias dará el pistoletazo de salida a un certamen que se desarrollará en quince espacios y presentará cuarenta y cuatro espectáculos; entre ellos, cuatro de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, columna vertebral de Almagro: ‘El templo vacío’, creado por su director, Lluís Homar; ‘Valor, agravio y mujer’, de Ana Caro Mallén; ‘La discreta enamorada’, de Lope de Vega; y ‘La vida es sueño’, de Calderón de la Barca.

De los cuarenta y cuatro espectáculos presentados en Almagro, once serán estrenos absolutos y uno de ellos estreno nacional. Desde el festival se destaca la presencia femenina, tanto en cuanto a autoras clásicas como a directoras. Irene Pardo destacó en la presentación tres estrenos: ‘Toda la noche m’alumbres’, un recital de música antigua, poesía lírica y mística castellana dirigido e interpretado por Elena González y Pepe Viyuela (con el acompañamiento de Sara Águeda); ‘Monstruos. El prodigio de los dioses’, de Aurora Parrilla, a partir de textos de Calderón de la Barca, y con dirección de David Boceta; y ‘Yo deseo’, un «recital electrónico de inconfesiones femeninas», en el que Eduardo Mayo dirige a la actriz Eva Rufo y al músico Enrico Bárbaro.

El 1 de julio -dos días después de que Almagro alce su telón- se abrirá una nueva edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, vertebrado principalmente en torno al magnífico Teatro Romano, recuperado para la escena en 1933 por la legendaria actriz catalana Margarita Xirgu. Celebra el certamen, dirigido desde 2012 por el productor Jesús Cimarro, su 69ª edición, que comenzará con un concierto de la Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza - ‘Grupo Enigma’, que interpretará ‘Oresteïa (Orestíada)’, de Iannis Xenakis.

Con una filosofía diametralmente opuesta (lo son también sus espacios y sus entornos), Mérida presenta nueve espectáculos más, buena parte de los cuales son estrenos absolutos y producción propia del festival. Sílvia Abril, Pepa Rus, José Troncoso, Ramoncín, Daniel Diges, Cayetana Guillén Cuervo, Chevi Muraday, Pepe Viyuela, Mariano Peña, Paco Mir, Pepón Nieto, Antonio Pagudo, Andrés Lima, Belén Rueda, Luisa Martín, Magüi Mira y Emma Ozores son algunos de los nombres propios sobre los que Mérida apoya especialmente su reclamo; más que en los títulos, aunque en esta edición figuran ‘Los gemelos’, ‘Salomé’ o ‘La comedia de los errores’.

Que los clásicos son para el verano lo saben también los dos festivales más madrugadores: el Festival de Teatro Clásico de Cáceres, que celebra su trigésimo cuarta edición, y el XXII Festival Iberoamericano del Siglo de Oro de la Comunidad de Madrid. Clásicos en Alcalá. Los dos se encuentran ya en marcha; el primero con un programa que incluye una veintena de espectáculos, entre los que destacan la coproducción de dos espectáculos con compañías extremeñas y un inédito Lope de Vega, ‘El marqués de las Navas’. El festival complutense, por su parte, presenta más de treinta espectáculos, de los cuales más de veinte propuestas escénicas son de la Comunidad de Madrid y más de la mitad de estas llevan el sello ‘Creación Alcalá’. También vienen trabajos de Colombia, Argentina, Estados Unidos y Chile.

La escena barcelonesa dirige el foco durante un mes al Teatre Grec, columna vertebral de un certamen que dirige Cesc Casadesús, que busca el equilibrio entre el talento local y los grandes nombres internacionales en teatro, danza, música, cine y circo. Aquí los clásicos se dejan comer el terreno por los contemporáneos como Sasha Waltz, Declan Donnellan, Carlota Subirós, Alexander Zeldin, Agrupación Señor Serrano, Ivo van Hove, Dimitris Papaioannou, Rocío Molina o La Veronal.

Todavía no se han hecho públicos los carteles de Sagunt a Escena, que entre el 3 y el 27 de agosto celebrará su cuadragésima edición; ni de Olmedo Clásico, que se desarrollará entre el 21 y el 30 de julio. Sí lo ha hecho la Feria de Artes Escénicas de Palma del Río (Córdoba), con más de una treintena de espectáculos, entre los que destaca el estreno en Andalucía de ‘Manual para armar un sueño’, del histórico grupo La Zaranda (’exiliados’ de su región de origen desde hace años).

El Castillo Medieval de Olite, en Navarra, bien merece una visita a su festival, que presenta este año una treintena de espectáculos, entre ellos dos verdaderamente atractivos: ‘La infamia’, un monólogo sobre un texto de Lydia Cacho, dirigido por José Martret e interpretado por Marina Salas; y ‘Las guerras de nuestros antepasados’, de Miguel Delibes, con dirección de Claudio Tolcachir y Carmelo Gómez y Miguel Hermoso como intérpretes. El Festival de San Javier, en Murcia, por fin, ofrecerá catorce espectáculos; entre ellos, el estreno de ‘La ilusión conyugal’, de Eric Assous, dirigido por Antonio Hortelano; o ‘Feísima enfermedad y muy triste muerte de la reina Isabel I, de La Calórica.