Maestro de la vida
«Estoy un poquito mejor», me dijo la última vez que lo llamé, y me lo creí, pese a saber que su estado de salud era cada vez más delicado. Supongo que quiso ayudarme a pasar el mal trago de esa soledad en la que ... nos van dejando todos los grandes actores que se van. Aún recuerdo cuando, antes de mi retirada, hace más de treinta años, me daba consejos en las escenas que compartimos en películas como «La cera virgen» o «No es bueno que el hombre esté solo». «Carmencita, mira, mejor así», me decía en unas lecciones magistrales en las que mezclaba dulzura y sabiduría y con las que logré hacer de mi «destape» cinematográfico una experiencia maravillosa. Con José Luis a mi lado todo fue muy fácil, en los estudios y en la vida real; siempre intentó que los demás fuesen un poquito más felices. «Carmencita, mejor así» es la frase con la que siempre recordaré a quien me ayudó, hasta el último momento, hasta la última llamada, a no sufrir.
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