El editor de Beckett prohíbe una versión femenina de «Esperando a Godot»
YOLANDA CARDOAnna Lizarán, en el montaje del Lliure de «Esperando a Godot»
MADRID. Cincuenta años después de su estreno, «Esperando a Godot», una de las obras maestras de Samuel Beckett, sigue levantando polémica. El editor alemán del dramaturgo, S. Fischer, ha prohibido una representación de esta pieza en la localidad alemana de Wilhemshaven que tenía previsto su ... estreno para el próximo sábado. El motivo, la inclusión en el montaje de dos actrices. Fischer ha esgrimido, para esta decisión, las últimas voluntades de Beckett, que según él habría prohíbido expresamente la intervención de intérpretes femeninas en esta obra. El editor ya impidió el mes pasado una representación femenina de «Esperando a Godot» en Francfort. Gerhard Hess, intendente del teatro donde estaba prevista la representación, ha dicho que «esta manera de defender el Graal es una broma pesada».
La actitud del editor alemán ha sorprendido porque no es la primera vez que una actriz encarna a alguno de los disparatados personajes de «Esperando a Godot». El reciente montaje que puso en pie Lluís Pasqual para el Teatre Lliure incluía a la actriz Anna Lizarán en el reparto. Incluso en vida del propio Beckett se celebró en una cárcel de París una representación interpretada exclusivamente por mujeres.
No es, sin embargo, la primera vez que un director tiene problemas de esta naturaleza para representar obras de Beckett. El dramaturgo no quiso que Ingmar Bergman llevase al cine la propia «Esperando a Godot», y una compañía de Washington tuvo también problemas recientemente con esta obra por introducir en su montaje escenas de baile. El coreógrafo brasileño Ismael Ivo tuvo también que renunciar a traducir en danza la obra por la prohibición de hacerla en un formato diferente, que Beckett especificaba en su testamento.
Otras obras han sufrido también el exceso de celo de su autor, como «Final de partida». Beckett prohibió una representación de esta obra protagonizada únicamente por mujeres, y fue necesaria la mediación de varios amigos del dramaturgo, entre ellos el español Fernando Arrabal, para que se pudiera llevar a cabo.
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