«El cínico»: Chevi Muraday se sumerge en el síndrome de Diógenes

Chevi Muraday califica «El cínico» como « dancierto ». El espectáculo, asegura, es una consecuencia de sus últimos dos trabajos, « Cenizas » y « En el desierto », que compartían la pretensión de contar la historia y a sus personajes a través del movimiento. No ha querido, asegura, «contar la biografía de Diógenes, pero sí se inspira en los supuestos de la Escuela Cínica y muestra a un personaje que poco a poco se va aislando después de haber estado narcotizado, y trata de poner el dedo en la llaga de la falta de honestidad en nuestra sociedad».

Por vez primera, Chevi Muraday baila solo en el escenario, donde contará, sin embargo, con tres músicos -es la primera vez, también, que trabaja con música en directo-: Pablo Martín Jones, percusión y electrónica; Ricardo Miluy , guitarra y voz; y Bárbara Bañuelos , voz, que es también la conciencia del protagonista y la que le permite hacerse nuevas preguntas. Ellos, junto a Mariano Marín , han compuesto la música del espectáculo, que cuenta con la dirección de escena de David Picazo y la escenografía de Alessio Meloni ; una escenografía, dice Muraday, basada en fotografías e imágenes del síndrome de Diógenes y que «es una escenografía viva, una instalación que habla por sí misma y que cuenta muchas cosas».

También, como hiciera en « Cenizas » y en « Return », cuenta Chevi Muraday con textos de Pablo Messiez que dice el propio bailarín. «Son un vómito lleno de poesía, una consecuencia de lo que le ocurre al personaje, que despierta sin ningún tipo de pudor y realiza acciones que todo el mundo querríamos hacer».