«Fuegos», la gran apuesta del festival de Mérida, que se abre hoy con «Medea»
José María Pou dirige este espectáculo, basado en textos de Marguerite Yourcenar
JULIO BRAVO
Arranca hoy la 59ª edición del festival de teatro clásico de Mérida , uno de los certámenes más arraigados del verano teatral español. El Ballet Nacional de España , con su emblemática coreografía «Medea» (en la que estará acompañado por la Orquesta de ... Extremadura), levantará el telón de la segunda edición dirigida por Jesús Cimarro, que asumió el cargo en una comprometida situación, y ha logrado momentáneamente darle estabilidad al festival. Siete espectáculos –desde Plauto a Shakespeare– se presentarán en el teatro Romano , uno de los más impresionantes escenarios del mundo, por el que pasarán nombres como Concha Velasco, El Brujo, Mario Gas, Tristán Ulloa o Sergio Peris-Mencheta.
Una de las propuestas más atractivas es el estreno, el día 10, de «Fuegos» , un espectáculo basado en el libro de relatos de Marguerite Duras , y dirigido por José María Pou . La dramaturgia es de Marc Rosich (habitual en los montajes de Calixto Bieito), y cuatro notables actrices (vestidas por Lorenzo Caprile ) componen el reparto: Carmen Machi (Marguerite Duras), Ana Torrent (Safo), Nathalie Poza (Clitemnestra) y Cayetana Guillén Cuervo (María Magdalena).
«Maravilloso y poético»
Dice José María Pou que «Fuegos» es un libro maravilloso y poético, y relata que su autora, Marguerite Yourcenar, la escribió en 1936, tras una decepción amorosa . «Ella, a través del libro, realizó una terapia; lo que hizo es verter en el papel, negro sobre blanco, lo que no se atrevía –o no tenía a quién– a decir en voz alta. Inteligente y amante del mundo antiguo, decidió utilizar a varios personajes de la antigüedad, reales e irreales , y tanto históricos como literarios». Confiesa Pou el reto que tenía ante sí, porque el texto era tan poético como estático . Junto a Marc Rosich hizo un trabajo de criba. «Los textos eran soliloquios, reflexiones, los personajes no tenían un viaje interior, solo contaban cosas». Eligieron a los tres personajes que mejor se adecuaban a su propósito dramático –Safo, Clitemnestra y María Magdalena–, y a través de los cuales la Yourcenar hablaba de sí misma. Pou decidió, de acuerdo con Rosich, convertir a la autora en la protagonista del espectáculo. «Ella sale a contarnos cómo se encontraba en ese momento y cómo fue capaz de transformar su dolor en espacio propicio para la creación. Ella, sola en su habitación, confiesa al público que ha tocado fondo y convoca a tres de sus criaturas de ficción que han pasado por lo mismo que ella. Son tres mujeres que, al igual que la Yourcenar, han sido abandonadas y se sienten en soledad , y en el montaje hay cierta reflexión pirandelliana por la relación entre el autor y sus personajes».
El dolor del abandono
«Fuegos» es por tanto, en palabras de Pou, «un espectáculo en el que se habla de la mujer abandonada, de la mujer víctima , de la mujer que se tiene que arreglar en soledad, de la mujer que ha depositado toda su razón de ser en un hombre y éste le ha fallado . Todo eso es común a las cuatro».
El espectáculo, en el que la gran protagonista es la palabra de Marguerite Yourcenar y sus «maravillosas imágenes poéticas». «Lograr que el temblor , la piel de gallina que a uno se le pone cuando lee el libro, es lo que queremos transmitir al espectador». A pesar del grandioso escenario, Pou asegura que éste es un «espectáculo pequeñito e íntimo ; incluso usar la palabra espectáculo me chirría, porque esto es una “velada literaria”;pero va a encajar en las piedras de Mérida».
Concluye Pou que «las actrices han sido elegidas con microscopio , y son las mejores que podíamos encontrar. Tras Mérida, «Fuegos» viajará al Grec barcelonés y al festival de San Javier, y en principio no tiene previsto realizar gira.
Carmen Machi es Marguerite Yourcenar . «Me causa muchísimo respeto -asegura-, es un texto asombroso. Leyéndolo, es verdad que tienes que volver continuamente atrás, porque cada frase te golpea y te provoca sensaciones muy profundas. Son imágenes que te empeñas en querer que se vean. Lo hago con ilusión, respeto y pánico. Es un regalo poder escuchar la palabra de Marguerite Yourcenar, que dice en la función que ellas están allí porque han de ser el vehículo a través del cual contar el dolor y ponerlo en carne viva. Es algo similar a lo que sentimos los actores al interpretar un personaje. No basta con su propio dolor, es importante nutrirse del dolor de otro para poder expresar el suyo».
Cayetana Guillén Cuervo es María Magdalena . «Es la prostituta más famosa de la historia, aunque seguramente no lo fue -imagina Cayetana-. El mundo masculino necesitó convertirla en prostituta. Solo ella y la madre de Jesucristo estuvieron al pie de la cruz, y solo ella escuchó sus primeras palabras cuando resucitó. Esto, en la Historia, no se soporta en una mujer limpia y normal que simplemente amara a un hombre. Yo soy agnóstica por educación, y me encuentro con un personaje que ama a Dios, que se siente abandonada por él igual que se sintió abandonada por un amor carnal. Es una oportunidad maravillosa que nos da la literatura para hacer justicia sobre el personaje. Y a mí, con la rabia infinita por la muerte de mi padre, me ha servido para canalizar esa emoción. La función es sanadora y catártica».
Nathalie Poza es Clitemnestra . Personaje de la antigua Grecia, mujer de Agamenón, la actriz no se lo ha planteado desde ese lugar. «Es la Clitemnestra de Yourcenar -dice-. Es una mujer que reivindica su derecho al asesinato, a la venganza. Ella tiene el dolor de haber matado al hombre que ama por no soportar su abandono. Todas vivimos una especie de catarsis porque todas nos hemos sentido abandonadas alguna vez, y las mujeres entendemos muy bien a estos personajes, pero hay que llegar hasta lo más profundo; la función tiene algo de psico-drama».
Ana Torrent es Safo , la poetisa griega de la isla de Lesbos. «He empezado a entenderla hace dos días -reconoce la actriz-. Yourcenar la convierte en acróbata en el período de entreguerras. Al igual que Safo, ella vive entre el cielo y la tierra; así la describe ella, porque es demasiado terrenal para vivir en el cielo y posee demasiadas alas para vivir en la tierra. Como las demás, se enamora profundamente y, como las demás, es abandonada. Ella no sabe qué hacer con el dolor, y su salida es el suicidio. Los tres personajes le sirven a Marguerite Duras para entender lo que le pasa, y quiero pensar que los tres representan un momento de lo que ella ha sentido».
«Fuegos», la gran apuesta del festival de Mérida, que se abre hoy con «Medea»
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