A vueltas con Hamlet

Bruno Tamarti (Hamlet) y Cristina Esteve (Ofelia) encabezan el reparto de la producción valenciana. «En “Hamlet, retrato de familia” -explica Ximo Flores-, hemos apostado por poner en primer plano el conflicto generacional que flota en la obra de Shakespeare. Hamlet y Ofelia son dos jóvenes atrapados en un mundo decadente y corrupto. La imposibilidad del príncipe de Dinamarca de obrar en conciencia es nula y el estado es un gran barco que se hunde arrastrando a su paso a todas las personas que lo habitan, incluso a aquellas no responsables de esa deriva. La generación Hamlet es aquella que pagará las culpas de sus padres, inocentes cuyo único delito es haber nacido en un momento histórico de cambio, en el que el viejo modelo se autodestruye por su propia insostenibilidad. Hamlet consuma la venganza, derramando sangre, su resistencia se hace inútil y acaba siendo cómplice de aquello que parece despreciar».

En esta versión, el príncipe Hamlet es, según sus responsables, «un joven de hoy mismo, representativo de la juventud actual, pero en ningún momento reniega de la obra de Shakespeare a la que es particularmente fiel, ya que los temas de esta obra, las tragedias familiares, el amor, la opresión o el abuso de poder son conflictos absolutamente actuales».

Las proyecciones videográficas de Elena Cadore y la música rock en directo del grupo Opus Nigrum le confieren al montaje un carácter contemporáneo.

La activa sala Kubik Fabrik es, mientras se resuelven sus problemas administrativos, inquilina estos días del Matadero. En el Plató de su Cineteca se presenta este fin de semana el montaje «Claudio, tío de Hamlet», con dramaturgia de Ozkar Galán y dirección de Antonio Castro Guijosa. Ernesto Arias, Eduardo Mayo y Verónica Ronda componen el reparto.

Castro Guijosa y Galán explican la génesis de esta función: «Surge de una hipótesis sencilla pero plausible ¿Y si Hamlet retrasa constantemente la venganza prometida al espectro de su padre porque en el fondo sabe que Claudio tiene razón y porque hay motivos suficientes como para pensar que es mejor otro rey, diferente al rey Hamlet?»

«Se nos ocurre -continúan- que tal vez el retrato de Shakespeare sea sesgado. Nos preguntamos si no es posible que el difunto rey Hamlet no fuera tan loable y si pudiera ser que acaso su hermano no fuera tan claramente despreciable».

La obra, por tanto, ofrece una versión distinta de la historia; en ella escuchamos la autodefensa de Claudio, al que Shakespeare condena. «Hemos querido darle voz a un personaje históricamente menospreciado, hemos querido visitar un lugar que ya es común desde una nueva perspectiva y jugar con el contraste entre lo que nos cuentan y lo que esperamos encontrar. Desde esta perspectiva reflexionamos sobre la voluntad, el poder y los límites del individuo».