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ABC Cultural

Ladrón de fuego

Un tal Ricardo, peatón de prestigio

Parece que estuviera siempre huyendo de su lámina de seductor apabullante, porque se le desabrocha enseguida cierta humildad, y porque es espíritu que no gusta del oropel

Ángel Antonio Herrera

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Ricardo Darín gasta una cabeza, pero una cabeza en el sentido romántico del término, o sea, una cabeza soberbia de estatua, con el pelo rebelde, la nariz incisiva, la mandíbula macho, y los ojos de claridad homicida. De modo que bajo idéntica verosimilitud es un ... vecino de carisma, lo mismo que un estafador de talento. Igual te resuelve un ministro que un asesino. Ahora es Julio César Strassera, el fiscal que llevó al banquillo a una dictadura. Ahí aúpa Darín al héroe anónimo, al peatón de prestigio, que es una de sus cuerdas fuertes. La película, 'Argentina 1985', viene siendo un éxito creciente, y va nominada a los Oscars próximos.

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