Ladrón de fuego
Un tal Ricardo, peatón de prestigio
Parece que estuviera siempre huyendo de su lámina de seductor apabullante, porque se le desabrocha enseguida cierta humildad, y porque es espíritu que no gusta del oropel
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Iniciar sesiónRicardo Darín gasta una cabeza, pero una cabeza en el sentido romántico del término, o sea, una cabeza soberbia de estatua, con el pelo rebelde, la nariz incisiva, la mandíbula macho, y los ojos de claridad homicida. De modo que bajo idéntica verosimilitud es un ... vecino de carisma, lo mismo que un estafador de talento. Igual te resuelve un ministro que un asesino. Ahora es Julio César Strassera, el fiscal que llevó al banquillo a una dictadura. Ahí aúpa Darín al héroe anónimo, al peatón de prestigio, que es una de sus cuerdas fuertes. La película, 'Argentina 1985', viene siendo un éxito creciente, y va nominada a los Oscars próximos.
Casi podríamos concluir que en Darín el cine a menudo se parece a la vida, prodigio mágico que sólo se da en los gigantes de su gremio. Se ve en 'Argentina', naturalmente, y en 'Nueve reinas', 'Relatos salvajes' o 'El hijo de la novia'. Darín siempre se acaba pareciendo mucho a Darín. Gasta algo de español que viaja mucho a Buenos Aires, donde no tiene rival. Está en la copa de los sesenta, según el deneí, pero no se duerme en él una juventud de cosmética, como pasa enseguida con las momias, prematuras o no, de su apaleado y sagrado oficio.
Darín es una garantía de éxito, y un retrato de vitola. Parece que Darín estuviera siempre huyendo de su lámina de seductor apabullante, porque se le desabrocha enseguida cierta humildad, y porque es espíritu que no gusta del oropel. Ha pescado sabidurías de los tipos de esquina, ama el tenis, y va a los rodajes cantando. Uno arriesgaría que es un maestro de energías, que es como decir que ostenta una cátedra del oficio del cómico, y del oficio del vivir mismo. Si mira al fondo de su infancia, le sale el recuerdo de una tarde en un estudio de radio, junto a Norma Aleandro. Es lo que puede ocurrirle a un niño que nació en el escenario, literalmente, porque viene de padres actores. Por su trabajo en la película 'Truman' le dieron un Goya. Le adornaron con el premio Donostia, en honor a toda su trayectoria. No hay quien lo supere en 'El secreto de sus ojos', que obtuvo un Oscar. Su nombre tiene vínculos de oro con Adolfo Aristarain, Campanella, o Trueba. Ahora con Santiago Mitre, que le ha dirigido en 'Argentina 1985'. Impacta la película. Como él.
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