El PP recupera el debate de la seguridad en los museos en el tramo final de legislatura

Pero el Grupo Parlamentario Popular, que ya presentó una iniciativa parlamentaria que instaba al Ejecutivo a tomar medidas ante los actos de vandalismo, ha registrado ahora una proposición de ley que propone modificar la ley de Patrimonio para añadir como infracción administrativa sancionable con una multa económica el daño a los cuadros y a los elementos que sirven de protección o soporte a las obras de arte. «Los poderes públicos no pueden permanecer impasibles ni confiar en que la actual normativa sea suficiente para disuadir de tales acciones ni prevenirlas», sostiene el PP en esta iniciativa que firma su portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra. «El desprecio al patrimonio histórico y la desconsideración de su importancia, cuando supone un atentado [...] debe producir una reacción contundente y proporcionada desde el ordenamiento jurídico.

En concreto, esta proposición de ley plantea añadir dos nuevos apartados al artículo 76.1 de la ley de Patrimonio, que recoge todos los hechos que pueden ser sancionados administrativamente, a la luz de los últimos ataques. Se trata de poder actuar cuando se producen «daños en bienes muebles protegidos por la presente ley por imprudencia grave, menos grave o leve» y cuando se pone «en riesgo de deterioro o pérdida de forma dolosa los bienes muebles protegidos», incluyendo «cualquier ataque al bien protegido o a los elementos que se encuentran unidos a él o le sirven de protección, soporte o cobertura, así como la aproximación peligrosa, intencionada y no autorizada al bien o la invasión reiterada y duradera a la zona de exclusión en torno al mismo».

El PP quiere que estas infracciones sean sancionadas «con multa del tanto al cuádruplo del valor del daño causado» y además propone, añadiendo un nuevo apartado al artículo 72, la posibilidad de restringir el acceso a determinadas personas o grupos de personas, y en particular a aquellas que hubieran sido sancionadas por actuaciones como las que hace unos meses llevaron a cabo grupos ecologistas en museos de todo el mundo. Los populares creen que de esta manera se puede «abordar el reciente fenómeno para que se agote y deje de suponer una amenaza».