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Page se une al PP para reactivar el premio de Tauromaquia que eliminó Urtasun

El Senado lanza una convocatoria junto a la Fundación Toro de Lidia y nueve comunidades autónomas

Urtasun mantiene el cordón sanitario a los toros en las Medallas de Bellas Artes

Urtasun evita aplaudir a El Juli en la entrega del premio Nacional de Tauromaquia EP
Jaime G. Mora

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Ocho comunidades del Partido Popular y una del PSOE –Castilla-La Mancha– han unido fuerzas con la Fundación Toro de Lidia para lanzar el premio del Senado a la Tauromaquia, que viene a ocupar el hueco del premio que suprimió el año pasado el ministro de Cultura, Ernest Urtasun. El nuevo galardón, que se presentará el 30 de enero en la sede de la Comunidad de Madrid, surge fruto de una moción del PP en la Cámara Alta que instaba al Ejecutivo a restituir el premio Nacional y proponía la creación de este reconocimiento mientras se mantuviera el veto gubernamental a los toros. La dotación económica será la misma que tenía el premio antes de su supresión –30.000 euros– y cuenta con el respaldo conjunto del Senado y la Fundación Toro de Lidia, además de Madrid, Andalucía, Aragón, Cantabria, Castilla y León, Extremadura, Comunidad Valenciana, Murcia y Castilla-La Mancha.

«El ministro de Cultura pasará en poco tiempo y apenas será recordado su nombre, mientras que la tauromaquia continuará siendo nuestra expresión cultural más auténtica y característica», ha declarado Victorino Martín, presidente de la Fundación Toro de Lidia. Martín ha calificado de «acto de censura, impropio de una democracia», la supresión del premio el pasado mes de mayo: «La tauromaquia es una manifestación cultural más que enriquece nuestro patrimonio cultural común y no puede perseguirse por los caprichos exclusivos de una persona».

El premio Nacional de Tauromaquia, explica la Fundación Toro de Lidia, es uno de los reconocimientos que otorgaba anualmente el Ministerio de Cultura para reconocer los méritos de un profesional de la tauromaquia (torero, ganadero, empresario, etc.) o de una persona o institución que hubiera destacado por su labor en favor de la difusión de los valores culturales de la tauromaquia, de modo similar a lo que sucede con el resto de las manifestaciones culturales. Se otorgó por primera vez en 2013 y ha galardonado a matadores como Enrique Ponce y Morante de la Puebla o ganaderos como Victorino Martín. El Juli, en 2023, fue el último premiado antes de que Urtasun decidiera eliminarlo. Con esta iniciativa conjunta del Senado, la Fundación Toro de Lidia y nueve comunidades autónomas se recupera el premio mientras se mantenga el veto estatal.

El mundo de la tauromaquia reacciona así a la prohibición impuesta desde el Ministerio de Cultura, que con Urtasun al frente ha optado por retirar cualquier tipo de reconocimiento y subvención al sector. Son, esencialmente, dos: las Medallas de Oro al Mérito en Bellas Artes y el premio Nacional de Tauromaquia. En el primer caso, al ministro y portavoz de Sumar le ha bastado con excluir de la lista de premiados a la Fiesta, algo habitual hasta su llegada. En el segundo caso, Urtasun tuvo que publicar una orden ministerial que revocaba el premio que había creado el expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero en 2011. El titular de Cultura justificó su decisión en la falta de «consenso» al haber «actividades ligadas a la tauromaquia» que «son rechazadas por amplios sectores de la sociedad». Urtasun argumentó que en la consulta pública lanzada por su departamento unas tres mil entidades jurídicas o físicas apoyaron la medida.

Hubo varias comunidades que presentaron alegaciones y criticaron públicamente la decisión de un ministro que tiene entre sus prerrogativas el fomento de la tauromaquia. Una de las más beligerantes fue una gobernada por un dirigente del PSOE, partido que gobierna el país con el apoyo de la formación de Urtasun: Castilla-La Mancha. Su presidente, Emiliano García-Page, llegó a criticar la «gauche divine que da carnés de modernidad» de Urtasun. Ahora el socialista se ha unido con otras ocho comunidades del PP para lanzar el premio del Senado, que permanecerá vigente mientras no se conceda el premio Nacional. En la votación de la Cámara Alta en la que se votó la moción que originó este galardón, los socialistas se abstuvieron. En una votación posterior en el Congreso, en la que se pedía la recuperación del premio Nacional a instancias del PP, los socialistas en cambio votaron en contra.

Entre esta ambigüedad socialista ha navegado el ministro Urtasun para hacerse fuerte en su postura antitaurina. Si en su primer año al frente de Cultura ha hablado de «maltrato animal» para revocar el premio Nacional e incluso negarle el aplauso a figuras como El Juli en una ceremonia, ahora tiene la vista puesta en la posible derogación de la ley que protege la tauromaquia como patrimonio cultural. Su partido ha impulsado y apoya una iniciativa legislativa popular que busca invalidar la ley aprobada en 2013, con el PP en el Gobierno, precisamente gracias a una iniciativa legislativa popular.

Urtasun está abonado al discurso de que menos del 2 por ciento de los españoles van a festejos taurinos, pero se refiere al periodo 2021-2022, que contempla los cierres de las plazas por el Covid, cuando no había espectáculos de ningún tipo. Según el anuario de estadísticas culturales, entre 2006 hasta 2019 hubo una asistencia a los espectáculos taurinos de entre el 8 y 9,8 por ciento de la población. En 2024 se celebraron un total de 1.474 festejos taurinos, una cifra que supera en un 3,44 por ciento a la registrada en 2019.

La Fundación Toro de Lidia explica que la tauromaquia es una expresión cultural característica de España, protegida por dos artículos de la Constitución, el 46 y el 44, y que el desarrollo de esta manifestación se rige por la ley 18/2013, de 12 de noviembre, para la regulación de la tauromaquia como patrimonio cultural. El Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo han reafirmado en diversas ocasiones el carácter cultural de la tauromaquia y la obligación de los poderes públicos de protegerla, promoverla y divulgarla, sin que quepa discriminarla frente a otras manifestaciones culturales, como ocurrió hace un par de años cuando el exministro Iceta excluyó la Fiesta del bono cultural.

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