Paco León firma la versión más radical de 'El mago de Oz': «Mi único interés es que mi película la vea la mayor gente posible»

Pese a lo que pueda parecer, Paco León no soñó siempre con adaptar el original de Lyman Frank Baum. De hecho, fue más bien una casualidad a la que se subió durante la pandemia. Ahora, en San Sebastián, presenta el resultado de su cuarta película como director, en la que por supuesto vuelve a aparecer su madre, Carmina Barrios, en un cameo.

-¿Cómo se anima alguien a revisitar el mundo de Oz «de casualidad»?

-Después de anular la segunda temporada de 'Arde Madrid', lo que buscaba era una historia que me permitiera crear todo un universo, con una estética y unas reglas propias. Busqué clásicos para adaptar hasta que me encontré con 'El Mago de Oz'. Me parecía un cuento muy actual por ser una protagonista femenina que lidera a cuatro desclasados, a cuatro marginados, y que habla del autoconocimiento y la diversidad. Y me parecía perfecto para desplegar esa imaginación y entrar en la fantasía, que era para mí un camino muy poco transitado.

-¿Al menos recuerda la primera vez que leyó o vio 'El Mago de Oz'?

-Pues no, la verdad es que no. No me acuerdo ni era gran fan, y eso que hay mucha gente que tiene una relación fuerte con la película. Yo tengo recuerdos vagos y recuerdo que me daba como miedo. También recuerdo que me regalaron un libro bilingüe de la novela original.

-Cuando alguien presume de crear un universo propio, muchos espectadores buscarán la parte autobiográfica del autor, y más si es popular…

-Hay muchas cosas que son autobiográficas, pero muchas no se pueden contar. Es algo que siempre he hecho en todo lo que he escrito: siempre está la coartada de la ficción, pero sí hay cosas literales que he vivido. Y esto sí se puede decir: en la frase de «soy bastante miedoso, pero más curioso» sí que me identifico y la siento como propia. También en una escena de 'la' Machi, que era una cosa que yo sentía de pequeño cuando veía noticias de guerras y muertes. Sentía que no iba a poder soportar tanta maldad como había en el mundo, pero luego te acostumbras. Eso es ser adulto.

-¿Hay un homenaje a Bimba Bosé al elegir a su hija como esa protagonista que huye de casa para buscar a la madre?

-No es un homenaje literal. Hay algo en que Dora esté buscando a su madre, que es algo muy fuerte porque ella perdió a Bimba muy joven. Pero la película va más allá, es la relación de un padre con su hija. Así que igual puede hablar más de su relación con Diego [Diego Postigo, padre de Dora Postigo], porque en la película la madre está ausente. Sí que había algo que podía utilizar de Dora como actriz, pero no una intención ni un homenaje explícito a Bimba.

-Se cumplen diez años de su órdago a la industria cuando decidió estrenar 'Carmina o revienta' en cines, vídeo, internet… ¿Cree que al final el tiempo te dio la razón?

-Cuando hicimos la multiplataforma nadie daba un duro porque la gente pagara por ver contenido 'online', y la realidad ahora es que la gente paga varias cuentas de plataformas. Y ahora las plataformas conviven con las salas, con todas sus dificultades. De hecho, 'Rainbow' se estrena en multiplataforma (cine y Netflix). Con lo cual el tiempo ha dado la razón a una cosa que entonces no era un modelo ni nada. Mi único interés es que mi película la vea la mayor gente posible, ese es un deseo que todo creador tiene.

-¿Le ha sido más difícil abrirse un hueco en el cine llegando desde la televisión?

-He sido incómodo para mucha gente y para muchos sectores, pero también me tienen cariño, lo noto incluso en los distribuidores, en las salas... y me alegro. Creo que se me entiende bien: yo estoy divirtiéndome y no intento ni joderle la vida a nadie ni decirle a nadie lo que tiene que hacer. Intento hacer uso de mi libertad como creador y explotarla al máximo.

-Habla de la libertad, casi nada… ¿Cómo de difícil es para un creador, en tiempos de cancelación, de autocensura, de corrección, ejercer su libertad?

-Es verdad que son tiempos complicados, pero los ha habido peores. Y todos los límites tienen que servirnos para agudizar el ingenio y encontrar la manera siempre de contar las cosas que queremos. Lo más complicado de la libertad como creador es permitirte hacer lo que quieres, luego ya vendrán los demás, pero quitarte de los academicismos y hacer algo que obedezca a tus expectativas y no a las de los demás es un ejercicio personal que no es fácil, porque estás condicionado por todo. Pero hay mucho miedo para tan poco peligro. La libertad del creador está por encima de lo políticamente correcto.