Pat Metheny: «El mejor guitarrista de la historia fue Paco de Lucía»

«Lo que yo diría es que las cuerdas de nailon son mucho más indulgentes que las de acero. Las de nailon se parecen más a un arpa, mientras que las de acero se parecen más a un piano. Desde el punto de vista del músico, hay mucho más margen de maniobra con el nailon, y eso me hace sentir libre para intentar las cosas de otra manera», explica el guitarrista, que creó los temas del álbum aprovechando una suerte de momento de gracia en su relación con el instrumento. «Creo que nunca antes había hecho algo así: ponerme a grabar durante un breve descanso en medio de una larga gira», asegura. «Me sentí obligado a hacerlo mientras mi relación con este instrumento se mantuviera fresca. Casi todo lo que he hecho en mi vida como músico ha sido bajo la bandera de «director de orquesta», y mi trabajo principal siempre ha consistido en encontrar instrumentos e incluso músicos que crearan un entorno que permitiera alcanzar el tipo de resultado que busco. Sólo que en este caso, soy el líder de una banda en la que sólo estoy yo. Y en particular, en el caso de esta guitarra, mi trabajo como «director de orquesta» para este proyecto era encontrar melodías que le permitieran brillar al máximo, al igual que siempre he intentado hacer con la gente que he contratado para formar parte de mis diversos grupos a lo largo de los años».

Esta no es, sin embargo, su primera experiencia discográfica solista ya que en 2003 y 2011 publicó dos grabaciones con guitarra barítono, 'One Quiet Night' y 'What's It All About', con los que amplió su colección de gramófonos dorados al sorprender al jurado con un truco que aprendió en su infancia. «En 'One Quiet Night' recordé una forma de usar la guitarra barítono con una afinación que me enseñó un chico de la calle donde crecí cuando era niño en Missouri; en la que las dos cuerdas del medio están afinadas una octava hacia arriba. Con un instrumento así en la mano, se me abrió un mundo nuevo. Pude llegar a sonidos que son diferentes a los de una guitarra normal, pero que también requieren una forma de pensar casi completamente distinta».

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Con esta configuración, explica Metheny, una guitarra barítono «es más como un instrumento que contiene tres instrumentos de dos cuerdas que están uno al lado del otro: las dos cuerdas superiores están en el rango de la viola, las dos centrales en el rango del violín y las dos inferiores en el rango del violonchelo. Dada la naturaleza de la disposición de una guitarra, eso significa que el que toca la viola lleva la melodía y el que toca el violín suele tener un tono más alto que la melodía, pero desempeña un papel de acompañamiento. Esa forma de pensar siempre me ha parecido más propia de un cuarteto de cuerda. Eso, a su vez, sugiere un sonido más de guitarra clásica, pero nunca pude encontrar las cuerdas adecuadas para permitir esa afinación en una guitarra barítono clásica de cuerdas de nailon hasta justo antes de que empezara esta gira. Cuando por fin lo conseguí, fue como si se abriera otro universo dentro de ese universo ya de por sí diferente».

En el repertorio de 'MoonDial', un álbum llamado a adornar la contemplación de los cielos nocturnos veraniegos, Metheny ha combinado composiciones originales con versiones muy variadas. 'You're Everything' de Chick Corea se codea con los estándares de Matt Dennis 'Angel Eyes' y 'Everything Happens to Me', 'My Love and I' de David Raskin, la tradicional 'Londonderry Air' o una sorprendente revisión de 'Here, There and Everywhere' de John Lennon y Paul McCartney.

«Para mí, los Beatles siempre han representado un alto nivel de creatividad, sus mejores temas satisfacen los más altos estándares de lo que puede ser una canción, no muy diferente de las mejores piezas del llamado 'Great American Songbook'», asegura el jazzista estadounidense, que se despide con más alabanzas para otro viejo amigo, Paco de Lucía, al recordar que ya han pasado diez años desde su muerte. «Además de ser el mejor guitarrista de la historia, era una bellísima persona. Me siento afortunado de haberle podido conocer un poco y, sobre todo, de haber podido estar en el planeta al mismo tiempo que él y oírle tocar».