La expresión máxima del flamenco

Además estuvieron presentes el portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, José Antonio Alonso; la diputada socialista y ex ministra de Cultura, Carmen Calvo y el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González. Tampoco faltaron rostros importantes del mundo de las artes, una lista encabezada por el cantaor Diego "El Cígala", la bailarina Sara Baras y el guitarrista José Fernández Torres "Tomatito", tres iconos del cante, el baile y el toque flamenco, respectivamente.

Pasadas las nueve de la noche Paco de Lucía hizo su aparición sobre las tablas del Teatro Real, que completó su aforo y recibió con una calurosa ovación al maestro de las seis cuerdas flamencas. El silencio se hizo y comenzó, tras unos ajustes previos, la pieza interpretada por el guitarrista, quien se presentó a solas con el instrumento al que ha dedicado toda su vida. Una composición que daba la bienvenida al auditorio con ritmos pausados, que poco a poco aceleraban hasta lograr un sonido desgarrador.

La bulerías de "Volar" arrancaron los primeros "quejíos" de Duquende y David de Jacoba, dos cantaores con diferentes registros pero con la misma calidad y autenticidad. Algo parecido les ocurre al resto de músicos convocados por Paco de Lucía. Y es que la armónica de Antonio Serrano, el cajón flamenco de "El Piraña" o el bajo de Alaín Pérez lograban restar, aunque parezca imposible, protagonismo al guitarrista sobre el escenario. Para presentar a sus músicos se escuchó por primera al algecireño, quien presentó uno a uno a sus acompañantes, a los que dedicaba una sonrisa de complicidad. El guitarrista Antonio Sánchez y el bailaor Farruco completaron la puesta en escena de una formación que adquiere sentido bajo la batuta de Paco de Lucía, quien otorga un espacio a cada uno de ellos.

Precisamente con las alegrías "Bendita sea mi tierra" llegó uno de los momentos más memorables del espectáculo, al que se sumó con su baile Farruco, quien emocionó al auditorio con su dominio del tablao sobre el que taconeó, giró y utilizó su cuerpo a modo de cajón flamenco.

Como es habitual Paco de Lucía se despidió con "Entre dos aguas", una versión del clásico endulzada de nuevo con el bajo y la armónica, dos instrumentos que aportaban su propia personalidad a la inconfundible melodía del compositor andaluz. El flamenco cuenta desde hoy con el apoyo incondicional de las instituciones, los artistas y el público, una unión para reforzar a un arte tan rico como antiguo, que bebe de la tradición pero que tiene los ojos puestos en el futuro.

El Comité Intergubernamental de la UNESCO para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial será el encargado de juzgar, a lo largo de 2010, una candidatura que ya fue rechazada en 2005. Paco de Lucía actuará de nuevo en el Teatro Real de Madrid el 1 de mayo de 2011, una fecha en la que parece como solista invitado de la Filarmónica de Berlín, que festeja este año el denominado "Concierto con Europa" en la capital de España.