Las máquinas cantan una nueva 'Metrópolis' un siglo después

Dos músicos españoles han compuesto una banda sonora alternativa para la película de Fritz Lang utilizando inteligencia artificial

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Fotograma de 'Metrópolis'

Las máquinas también cantan, o algo así. No hablamos de voces digitales distorsionadas ni de avatares para dar conciertos en el metaverso, sino de un invento más complejo e impredecible e interesante: una inteligencia artificial que responde a estímulos sonoros según un criterio más ... o menos aleatorio y/o artístico, según el momento. La que tienen la pianista Verónica R. Galán y el compositor César Latorre está entrenada para tocar el saxo, la kora africana, el violín y la batería. Y para hablar en japonés, por lo que sea. La idea es que le lanzas una nota con un instrumento y esta te devuelve algo que el algoritmo entiende que tiene sentido. Es un juego al que estos dos músicos españoles han dedicado decenas y decenas de horas en las últimas semanas. ¿El objetivo? Inventar una nueva banda sonora para 'Metrópolis', la obra maestra de Fritz Lang, tal y como les habían propuesto desde la Fundación Princesa de Asturias.

Esta banda sonora, claro, poco tiene que ver con la original de Gottfried Huppertz. «Nosotros no tenemos orquesta», bromea Latorre mirando a su alrededor, horas antes de la única proyección que harán de la película tocando en directo, que se celebró ayer en el almacén de la Fábrica de Armas de la Vega, en Oviedo. En el escenario hay un piano de cola, varios teclados, sintetizadores, pequeña percusión, una batería, tres ordenadores, un armonio… y solo dos personas, que durante dos horas y media parecen multiplicarse. «Hay que darle vida, que es una película muy larga», explica Galán.

Durante el directo usan pregrabados sacados de las respuestas de la inteligencia artificial, pero también la dejan reaccionar a la vista de todos, asumiendo el riesgo. «A veces nos reímos, porque hace cosas muy cómicas… Esta es la antítesis de mi forma de trabajar; yo siempre busco lo analógico, lo humano. Esto es un reto», asegura ella. Y él: «En realidad no sabes nunca a ciencia cierta qué va a salir del ordenador». Aún así, se las han ingeniado para crear un espectáculo en el que la música marca la acción de la cinta y la psicología de los personajes. Aunque no se desprenden del capricho del algoritmo, que puede cambiar ciertas situaciones.

«La verdad es que la inteligencia artificial te aporta cosas –reflexiona Latorre–. Hay un timbre que no sabes que está ahí y la máquina te lo ofrece, y normalmente es algo que buscando no lo encontrarías, porque no sabías que existía. O te sorprende con ciertos matices… Al final te da más posibilidades sonoras. Yo, por ejemplo, nunca había tocado con un japonés», suelta antes de la carcajada. Y luego añade: «Fuera de esto, ya hay muchas herramientas en la mesa de mezclas que están mejoradas con algoritmos, que te dan más eficiencia. Y con el tiempo tendremos más herramientas».

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