Una larga noche de rock and roll con Terry Adams
El líder del New Rhythm and Blues Quartet actúa junto a Dylan en el Festival Azkena de Vitoria
IGNACIO SERRANO
Ya nos lo contaba hace unos días Chris Isaak, otro buen amiguete de Dylan que también actúa esta noche en el siempre interesante Festival Azkena que se celebra en la capital alavesa: «Si eres músico, cuando te haces amigo de Bob sabes que acaba de ... ocurrir algo grande en tu vida».
Eso mismo debió pensar el bueno de Terry Adams hace unos treinta años, sin darse cuenta de que su caso era diferente ya que la admiración era mutua: el de Duluth se presentó nada más y nada menos que como uno de sus entusiastas fans. Por entonces, Adams era el líder de NRBQ, «la mejor banda desconocida del mundo», según Keith Richards. Incluso Paul McCartney caía rendido a sus pies al escucharlos en directo, pero la suerte nunca estuvo de su lado y ni rozaron el éxito. Al menos, siempre les quedó el consuelo del reconocimiento de la profesión…
—¿Qué espera de sus fans, que llevan tanto tiempo esperándole?
—Va a ser muy emocionante comprobar si lo que llevo oyendo tantos años es cierto. En los demás países europeos siempre me decían: «Terry, tienes que visitar España, es un lugar muy especial». El concierto irá genial porque creo que tengo muchas cosas en común con la gente que vive por esa zona. Hace tiempo vi por televisión que en una ciudad cerca de Vitoria sueltan a los toros por las calles, y la gente se lo pasa bomba corriendo a toda leche delante de ellos. Yo, desde luego, haría lo mismo, ¡ja, ja!... Correría como un demonio, sólo por diversión. Si pudiera, me quedaría a verlo.
—Keith Richards y Bob Dylan le admiran. ¿Qué se siente?
—Suerte. Por haber podido entablar una gran amistad con los dos. Con Bob la relación ha sido más fuerte, porque hemos tocado juntos y hemos grabado varias canciones. Él es, por encima de todo, un músico y un investigador, y cuando está con otros músicos se muestra tal como es, humilde pero muy seguro de sí mismo. Que él esté en el cartel es un gran aliciente para hacerlo aún
mejor. Va a ser una noche de amistad y buen rock’n’roll. ¡Qué más se puede pedir!
—El repertorio de Dylan es gigantesco, pero se dice que el de usted es aún mayor.
—Entre los múltiples apodos que nos pusieron, uno fue «el grupo que puede tocar cualquier cosa que le pidas», porque retábamos al público a que encontrase una canción que no supiésemos tocar. Pero ahora ya sólo nos da por ahí cuando sentimos que la velada está siendo especial, y eso suele ocurrir en salas pequeñas.
—¿Cómo se formó New Rhythm and Blues Quarter, y por qué nunca logró el éxito?
—Empezamos en… uf no lo recuerdo, creo que en 1965. ¿Cómo es posible que no haya venido a España en casi medio siglo? En aquella época nos definíamos como amantes de Sun Records y Sun-Ra. Todo muy soleado. Otra conexión con España, ¡ja, ja! No tuvimos éxito, porque no hacíamos caso a las presiones de las discográficas para adaptar nuestra música al mercado. Así de sencillo. O de complicado…
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