Juanes: «Sin fans, no existiría la magia»

El cantante colombiano homenajea a sus seguidores en su nuevo trabajo, «Parce», que sale a la venta el 7 de diciembre

Juanes: «Sin fans, no existiría la magia» EFE

CELIA FRAILE

Cercano y amable, Juanes viene a nuestro país para anunciar su próximo disco «Parce», término callejero oriundo de Medellín que designa a los allegados. Traducción del homenaje que realiza en este trabajo a las personas que forman parte de su vida, desde su mujer y ... sus hijos hasta la gente que le escucha y le sigue. Ésta última es precisamente la protagonista de la portada de su nuevo trabajo, un «fanwall» formado por fotografías de seguidores enviadas a través de su página web oficial.

—Ha invitado a sus fans a enviar una foto a través de Twitter para participar en la portada de este nuevo álbum, y ha desvelado el misterio de su nombre por esta misma vía, ¿qué significan para usted las redes sociales?

—Significan un acercamiento a la gente que escucha mis canciones y con la que va a mis conciertos. Fortalecen una relación que antes era un poco intangible. Es maravilloso, ahora soy capaz hasta de ponerles cara, sé de qué ciudad son, su edad, si le gustan o no mis temas... Permiten una interacción muy interesante, sin intermediarios, a través de un contacto directo y, además instantáneo. Antes mantenía con ellos el contacto a través de las cartas, pero aquello era muy lento.

—¿Cuánto tiempo les dedica al día?

—Lo hago constantemente a lo largo del día, sin mirar el reloj. A veces les contesto públicamente y otras por medio de mensajes privados, calculo que en total invertiré en las redes sociales unas dos horas diarias.

—De ese tiempo dedicado a sus fans, se deduce que son muy importantes para usted.

—Son lo más importante de mi carrera. Todo depende de ellos, si no estuvieran en mi vida, no habría magia, así de sencillo.

—Finalmente, el título del trabajo que saldrá el próximo 7 de septiembre es «Parce», ¿qué significa exactamente?

—Es un término callejero de Medellín que se usa para referirse a los amigos, colegas, pareja... Desde que tengo 13 años y pasaba tiempo con mis amigos en la calle lo he usado y, a día de hoy, continúo utilizándolo. Es una forma de expresar que me siento unido a mis fans y a la gente que me ha apoyado durante todo este tiempo.

—Además del nombre, en su interior dedica canciones a mucha gente, ¿es su disco más «personal»?

—Sí. Creo que la riqueza está en las personas. Lo que tiene realmente valor es la familia, los amigos, los hijos... Y a todos ellos les he escrito canciones.

Una catarsis

—Aparte de personal, ¿cómo definiría este trabajo?

—Este disco refleja mi postura ante la vida y las cosas importantes. También refleja la madurez. Con el paso de los años entiendo mejor quién soy, lo que siento y cómo tengo que expresarlo. Pienso que es un álbum lleno de amor y energía positiva, que también me ha servido para cerrar heridas. Para mí ha sido como una catarsis.

—¿Como en su nuevo sencillo? El tema destila melancolía y soledad, pero no son sentimientos que se suelan relacionar con alguien con tanto éxito y fama.

—Soy un ser humano como cualquier otro. También tengo momentos duros, en los que me enfrento a la realidad y a la soledad. No todo es lo material, se vive mucha soledad y sensaciones de impotencia.

—La canción se llama «Y no regresas». ¿A quién espera Juanes, que no llega?

—La verdad es que la mayoría de las veces el que regresa soy yo. No hay sensación más maravillosa para mí que la de llegar a mi casa, con mis hijos y mi esposa. De todos modos «Y no regresas» no tiene por qué ceñirse a mi pareja, puede ir más allá. Me gusta que mis canciones tengan varias lecturas.

Por la paz

—Ha definido la música como una herramienta de paz, ¿cómo la usa usted?

—Como un canal a través del cual poder congregar a la gente alrededor de un tema. También como una forma de obtener beneficios económicos con los cuales apoyar diferentes causas. La música ofrece la gran oportunidad de aportar algo positivo a la comunidad.

—También a usted suelen definirle como alguien comprometido, pero, más allá de interpretaciones, ¿con qué se compromete?

—Con las minas antipersona. Llevo mucho tiempo comprometido con ello, una década. A lo largo de esos diez años he profundizado mucho en el tema y me he dado cuenta de que lo que la gente quiere es encontrar un poco de paz, que está todo conectado. Desde hace cuatro años tenemos la Fundación Mi Sangre, que trabaja con los niños afectados por estas minas. La idea con todo ello es aportar algo de paz a mi país, que le hace mucha falta. Eso me importa mucho.

—Hay un tema, «Quimera», que refleja otra de sus inquietudes, los desastres naturales.

—Como cualquier persona, cuando veo los terribles efectos de alguna de esas catástrofes pienso en mis hijos y en el horror que viven las víctimas de los terremotos, tsunamis, inundaciones... Pero también creo (aunque hay mucha gente que no) que son una especie de mensajes que nos lanza la propia naturaleza. Una especie de llamamiento para reflexionar acerca del daño extremo que le estamos haciendo al planeta durante tanto tiempo. Creo que somos energía, que estamos en constante movimiento y que esa energía, buena o mala, se transmite. El que hace mal recibe mal y el que hace bien, bien.

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